sábado, 31 de octubre de 2009

Cuando los astros se alinean... para putearte

¿No tuvistéis suficiente estrés con los palacios de congresos? Pues los últimos días no han tenido desperdicio. Tengo miedo, porque aún no ha terminado el fin de semana y me gustaría vivir hasta el lunes, para averiguar si pasé la entrevista del ICEX (es decir, que el lunes habrá otro post sobre la puñetera beca).

El miércoles lo pasé hecha polvo en casa. Eso me pasa por coger cosas que no son mías. Como por la noche tenía que ir a ver a Les Luthiers (jijiji), me dopé todo lo que pude. Al día siguiente tenía fiebre y no salí de la cama en toda la mañana pero, según predije, al final del telediario de la noche ya estaba sana, sólo me quedaba alguna tosecilla leve. Como estaba estupendamente y una de mis amigas quería quedar el viernes, salí. Mi amiga vive en Alcalá de Henares, yo vivo en Fuenlabrada y la quedada implicaba trasladarse hasta Alcalá (estoy haciendo mucho turismo por la Comunidad de Madrid).

Creo que no medité lo suficiente antes de tomar la decisión, porque salir de cañas por Alcalá con los horarios que tiene mi amiga (nos juntamos en la estación de tren a eso de las 23:30) no es del todo compatible con una clase de ruso de 4 horas al día siguiente por la mañana. Según mis cálculos, las horas de sueño deberían ser igual o superiores a la suma de las horas de clase y los traslados. Bueno, pues me han faltado unas dos horas y media para poder igualar las cuentas. Hay personas que duermen 4 horas diarias y luego están estupendamente pero no es el caso.

Con mi cara de zombie, unas ojeras muy adecuadas para Halloween y pensando que la clase de hoy no sería para tanto, he cogido los transportes públicos pertienentes rogando no perder ninguno y llegar a tiempo, porque he apurado los minutos de sueño todo lo que he podido y más. En clase me esperaba un regalito: salir a la pizarra para repasar los plurales (mi letra es horrible con el alfabeto latino, pensad cómo será con el cirílico) y horas (o siglos, he perdido la noción espacio-tiempo) conjugando verbos. El descanso me ha sentado de maravilla pero mejor me ha sentado el desayuno. Aunque lo más prudente será volver al té y no pedir café en ese bar nunca más.

Después de comer he intentado dormir. Estaba yo dispuesta a echarme una siesta de pijama y orinal, como se suele decir (pero sin orinal, yo soy más de wáter) y a los pocos minutos de acomodarme en la cama ha sonado mi móvil. Como sea otro puto mensajito de Movistar publi lo tiro por la ventana. Eran mi prima y su marido, preguntando qué tal la beca (a esperarse al lunes, como todo el mundo). Al rato ha sido un pájaro hiperactivo. Después mi amiga de Alcalá, preguntando qué tal llegué a casa. Luego mi madre ha tirado nosequé en la cocina y he rematado la tarde con unos niños que llamaban al timbre pidiendo caramelos.

Con la tasa de antiamericanismo por las nubes, mucho sueño y aún más mala leche, he decidido rendirme y buscar los trastos para el disfraz de Halloween, porque yo tengo mucha moral y hace días cometí la imprudencia de secundar una moción sobre la participación en este evento tan chorra.

Si el lunes no doy señales de preocuparme por las becas, será porque no logré sobrevivir.

jueves, 29 de octubre de 2009

Me cago en Madrid (a.k.a. Por qué es importante ir con tiempo a los sitios)

Buenos días gente. Buenos por decir algo, porque sigo con mi catarrazo y estoy como si me hubieran metido la cabeza en una prensa de Gutenberg. Los obreros del ascensor rompiendo paredes desde las 8 de la mañana (encima son puntuales, la madre que los parió) no ayudan a que me sienta mejor.

Anoche fui a ver a Les Luthiers (jijiji). En las entradas ponía que era en el Palacio de Congresos y hacia allí que me dirigí. Llegamos 10 minutos antes de la hora que ponía en las entradas, un poco justo pero bien. En la puerta del Palacio de Congresos había dos señores y otro grupo de gente que subía las escaleras a la vez que nosotros.

Señor del Palacio de Congresos - Llegáis tarde
Laura - Todavía son menos diez
Señor - No es aquí
(por favor dígame que lo siguiente es "es por la otra puerta")
Señor - Es en el IFEMA
(joder, y nosotros en la Castellana)
Chica preocupada - ¿En serio?

Pues sí, iba en serio. Y además hemos aparcado a hacer puñetas ¡yuju! Volvemos al coche y tiramos hacia el Juan Carlos I. Mientras tanto, yo iba pensando por qué Madrid tiene dos palacios de congresos y está cerrando cines, teatros y salas de conciertos. No deja de ser algo inquietante, al igual que la señalización. De pronto, en una rotonda, el cartelito amarillo con el logo del IFEMA y la flecha que marca la dirección desaparece. Encontramos el camino de casualidad (o porque cuando naces en un hospital de Madrid te implantan un chip en el cerebro con el plano del metro y otro para que sepas orientarte en una ciudad mal señalizada).

De pronto veo un cartelote azul. "Este parque se riega con agua reciclada". No, ése no, el de al lado. "Parking auditorio". ¿Será ahí? Sin saber cómo ni por qué, circulamos por una especie de camino de cabras paralelo a una vía de tren. ¿Por aquí pasan trenes? Mira, un parking pero sin auditorio. Preguntamos a una pareja que está fuera del coche de cháchara (si estuvieran dentro los dejaría atender tranquilamente a sus cosas). No tienen ni puñetera idea de dónde está el auditorio. Cambio de ruta: salimos de donde quiera que nos hayamos metido, volvemos a la última rotonda (que para algo están, aparte de para atraer todo tipo de pirulas e infracciones) y buscamos el Palacio de Congresos.

Ya no hay tiempo para buscar sitio en la calle. Al parking. Planta -1: no se ve sitio. Planta -2: no se ve sitio. Planta -3 (ya empieza a hacer calor): no se ve sitio. Planta -4 (creo que he oído las calderas del infienno): no se ve sitio. Planta -5 (¿eso ha sido un grito?): no se ve sitio. Planta -6 (hola, señor de rojo con rabo y cuernos): mira, aquí sí hay sitio. Y todavía queda otra planta por debajo... vale, salgamos ya del inframundo.

Salgo del ascensor y me doy de bruces con una puerta cerrada. Pues qué gracia ¿no? Ah, no, que hay que salir a la calle y entrar por la puerta principal. Pues vale. Una acomodadora nos muestra amablemente el camino hasta nuestros asientos. Me acomodo, cojo el programa... bien, sólo nos hemos perdido dos canciones (a buscar mañana en YouTube) y una de ellas sólo era un fragmento. Veo una luz a mis espaldas... mira, no hemos sido los últimos en llegar.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Aviso: post aburrido y de relleno, fruto de una mañana de aburrimiento

Aparte de continuar el rastreo de webs del programa Opea, hoy me han colocado un andamio al lado del ventanuco del baño, así que tengo que ir con mucho cuidado. Estoy empezando a pensar que atraigo las situaciones ridículas. Bueno, ya lo sospechaba hace tiempo pero que me ocurran cosas absurdas sin necesidad de salir de casa roza lo preocupante.

El caso es que esta mañana me he levantado hecha polvo y con un trancazo del copón. No tengo fiebre pero me he tomado un Frenadol, por si acaso. Normalmente no me tomo nada y con dormir un poco ya estoy como un roble (la ciencia debería estudiar mi sistema inmunológico) pero he decidido recurrir a la química porque esta noche voy a ver a Les Luthiers (¡bieeeeeeeeen!). Hasta entonces, tengo que ocupar el día con algo. ¿Leer? Se me han acabado las lecturas. ¿Deberes de ruso? Hoy no, que estoy malita. ¿Trabajar en algo? Hoy no tengo nada que hacer. Así que he decidido echar algo de tiempo en eso del Intelné.

Como ya he dicho, he seguido el rastreo de webs del Programa Opea y estoy haciendo una carpetita muy mona (de verdad, de esas de cartoncillo con gomas) con mis cosas de buscar curro, para tenerlo todo organizado y localizable. Pero también he cambiado algunas cosillas en mi blog (la barra lateral, esa parte de los blogs que nunca lee nadie) y he entrado, con invitación de mi querido Drenas, en Toma 69, otro blog.

Que nadie piense mal, es un blog de cine. Aunque, aviso, contiene spoilers. Más que contenerlos, va de eso, así que luego no vengáis a decirme que os he jodido la película de turno. Me parece que me va a gustar esto de destripar pelis (hale, ya he hecho publicidad del blog).

Como ya he dicho, también he cambiado la barra lateral, donde he añadido la dirección del nuevo blog, un anuncio (Drenas, no te quejes, que hoy te estoy dando muuucha publicidad) y me he currado un perfil. Bueno, el perfil me lo curré ayer, que tampoco tenía mucho que hacer.

lunes, 26 de octubre de 2009

Cosas de parados

Hoy he vuelto a mis tareas de parada. He decidido hacer un receso para contarlo mientras escucho la crítica cinematográfica de El planeta de los simios, cortesía de uno de los operarios que están haciendo la obra del ascensor en mi bloque ("¿Los humamos esclavos? ¡Venga, coño!"). Cuando tengamos el ascensor instalado y operativo, las visitas dejarán de quejarse por tener que subir a pie hasta el segundo, pero mis sobremesas no serán tan entretenidas (aviso a Hell's Tea y a otras mentes perversas: absténganse de hacer chistes con lo que podré hacer cuando tenga ascensor).

El caso es que, cuando fui a Forempleo, me apunté a un programa que no sabía de qué iba. Me llamaron la semana pasada y me citaron para el viernes, vi de qué iba la cosa y me han vuelto a citar hoy. Se llama Programa Opea y se trata de que la universidad te orienta en la búsqueda de trabajo. En contra de todo pronóstico, funciona bien y la mujer que me ha atendido es muy maja y realmente muestra interés por ayudar y por la persona a la que está ayudando (me ha preguntado qué tal con el ICEX y hemos estado hablando de ello un buen rato).

Después de una hora, he salido de allí con un montón de papeles con direcciones de webs de empleo en el extranjero, instituciones europeas y directorios de empresas relacionadas con mi formación. Es una pena que no estén actualizados y que algunas webs ya no existan, porque realmente es útil (ya veremos más adelante si también es efectivo). Ahora me toca revisar todas las webs una por una, a ver si existen, cargan y sirven a mis propósitos. Mi idea es tenerlo todo revisado y filtrado para tener un plan de fuga en caso de que el ICEX decida que no merece la pena pagarme un máster.

domingo, 25 de octubre de 2009

Epílogo

Haciendo repaso de la semana temática, me doy cuenta de que he dejado muchos temas fuera. Decidí dedicar cada día a un curso y algunos temas sólo se mencionan de pasada. Entre ellos se encuentran el punto de desinformación, las prácticas en empresa, reprografía, las revisiones de examen (aunque el post de segundo lo ocupa casi por completo una revisión) y las evaluaciones al profesorado. De la encuesta de inserción laboral ya se ha encargado María.

Empezaremos por las evaluaciones al profesorado. Las encuestas de evaluación al profesorado son esas hojas amarillentas de lectura óptica que los profesores pasan a los alumnos cada final de cuatrimestre no se sabe muy bien para qué. El procedimiento es simple: puntuar de 1 a 5 distintos aspectos de la asignatura y del profesor. Al final de la hoja hay un hueco para observaciones y sugerencias que los alumnos no suelen rellenar por pereza. Los resultados se recogen antes de los exámenes y se envían a los profesores tras el cierre de actas, para que los exámenes interfieran lo menos posible en esta valoración. Hasta ahí todo claro. Lo que nadie sabe es:
  1. Que el porcentaje de asistencia se refiere al profesor. Eso de poner el 100% de asistencia para tirarse el rollo es un error, queridos amigos.
  2. Qué pasa cuando un profesor saca una mala calificación. En teoría, después de dos evaluaciones negativas cambian al profesor de grupo o de campus, por lo que pueden pasar cursos hasta que un profesor inútil abandone la universidad. Ni que decir tiene que determinados profesores no se van a largar por muchas evaluaciones negativas que les hagan (seguro que todos tenemos en mente a algún docente concreto mientras leemos esto).
  3. Que las observaciones que escribimos en el recuadrito de abajo le llegan al profesor junto con la puntuación. Afortunadamente, las evaluaciones son anónimas pero he visto cosas como "we love you" o "es muy salado y se parece a Garci ¿o a Pablo Motos?".
Sigamos: prácticas en empresa. Las prácticas en empresa son esa asignatura absurda que los estudiantes de algunas carreras tienen como optativa pero que yo tuve como obligatoria. Gracias a ello, descubrí que no debemos sentir pena por los locutores de programas de madrugada, porque a esas horas seguramente estén en casa durmiendo (es lo que se conoce como "falso directo"). También aprendí que un becario pueden trabajar sin cobrar mientras su jefa, que gana una pasta gansa y es una inútil, está en la piscina o de compras echándole la bronca por teléfono por lo mal que está trabajando. Aguanté porque era una asignatura de 10 créditos pero me hubiera marchado de ahí gustosamente a la tercera semana. Tuve que adornar un poco la memoria para poder explicar las tareas que realizaba y que fuera algo más que "navegar por Internet y leer la prensa diaria mientras esperaba a que sonara el teléfono para aguantar la bronca correspondiente". Lo voy a dejar aquí, pero podría contar muchas cosas extrañas de aquellas prácticas.

Como ya hablé sobre el punto de desinformación en un post anterior, voy a terminar con reprografía. Reprografía es ese lugar misterioso donde el tiempo va a otro ritmo y donde acaba todo el material que los profesores no quieren dar en clase. Que digo yo, tampoco cuesta tanto explicar ciertas cosas ¿verdad? El transcurso del tiempo dentro de reprografía es un misterio: da igual la cantidad de gente que haya, vas a tardar 20 minutos. ¿Que estás tú solo en la cola? 20 minutos. ¿Qué hay 400 personas? 20 minutos. Como tus descansos duran 10 minutos, vas a llegar tarde invariablemente a la siguiente clase que, paradójicamente, es la que da el profesor que te ha dejado el material que acabas de comprar (y que te mirará mal por llegar 10 minutos tarde). También es una fuente inagotable de misterios, como por qué las hojas siempre están grapadas al revés, por qué a tus claves siempre les faltan páginas (el caso de El año pasado en Marienbad, en el que faltaban páginas pero las que se fotocopiaron estaban por triplicado, va un paso más allá), por qué todas las chicas que trabajan allí son chonis (menos un cuatrimestre, que tuvimos una medio punk) o por qué los profesores se saltan la cola cuando más gente hay.


Ahora sí ha terminado la semana temática uc3m. Aunque sospecho que a Blanca le tendremos que dar otra semana más para que pueda terminar su post por capítulos.

Por cierto, el primero que aguante hasta el final la secuencia de El año pasado en Marienbad que he enlazado en el párrafo sobre reprografía recibirá un regalo.

sábado, 24 de octubre de 2009

Balance

Ya termino, en serio. Supongo que los cinco post anteriores os habrán saturado. Este va a ser cortito, sólo es una lista de cosas que saqué de mis paso por la universidad.

Superpoderes desarrollados:
  • Capacidad inventiva para llenar páginas y páginas con cualquier cosa
  • Fotofobia
  • Criptografía (dadme los apuntes de cualquiera, que yo los transcribo sin problemas)
  • Invisibilidad (¿sabes cuando un alumno levanta la mano y el profesor pasa? Pues eso. También me pasa con los camareros)
  • Hipervelocidad tecleando (demasiadas prácticas en muy poco tiempo)
  • Visión especial para detectar colores, tipografías, dobles espacios, tracks demasiado comprimidos o expandidos y cualquier cosa que pudiera suponer un "motivo de suspenso" para un profesor de diseño. Lástima que la carrera también me costara alguna dioptría extra.
  • Telepatía (desde entonces, puedo mantener conversaciones mentales con mis amigas)
  • Mi cuerpo y mi mente pueden actuar de manera independiente (esto era muy útil cuando tenía que coger apuntes pero necesitaba el cerebro para solucionar algún marrón de otra asignatura o simplemente me faltaban horas de sueño)
También son muy interesantes las cosas que aprendí entrevistando a un profesor de la Escuela Politécnica Superior (campus de Leganés). La entrevista iba sobre resolución de problemas matemáticos con inteligencia artificial pero también me explicó off the reccord cómo funcionan las evaluaciones al profesorado. Por lo visto, sí que las leen y les pasan los resultados a los profesores después del cierre de actas, para que la opinión de los alumnos no influya en las calificaciones. A los docentes que sacan mala nota dos cuatrimestres seguidos, los mandan a Colmenarejo. Para que nos entendamos, es algo así como cuando antiguamente mandaban a los exiliados a Siberia: está lejos, hace fresquete y el viaje en tren hasta allí es largo. Lástima que esta información llegara a mí durante el último curso.

Para que luego digan que en la universidad sólo se aprende a tener mala letra.

viernes, 23 de octubre de 2009

Quinto día, quinto curso

Mi último año de universidad fue un caos total y absoluto. Entre semana seguía con mis actividades frecuentes, menos el trabajo de freelance. Los fines de semana los pasaba trabajando a jornada completa en un medio de comunicación explotador de becarios por 250€ de mierda. Allí le encontré sentido a la frase "cuanto más poderoso es un ejército, peor es la comida".

Pero el caos no vino por mis horarios, sino porque tenía que hacer el proyecto final de carrera, además de los miles de millones de prácticas de rigor (marca de la casa de ésta nuestra universidad). Mi intención era entregar el proyecto en la convocatoria de junio y terminar así mis dos licenciaturas lo antes posible. Extrañamente, no me quedó nada para septiembre, aunque casi. Supondría un pequeño esfuerzo pero era posible... hasta que los ordenadores de las salas de montaje se infectaron con un gusano, que pasó de pen drive en pen drive y a otros ordenadores, entre ellos el mío.

Para hacer más amena toda esta historia, el profesor que nos daba la asignatura en la que teníamos que usar esas salas era el mismo que se ocupaba de todo lo relacionado con ellas. Es decir, estaba al corriente de la infección y era su misión erradicarla pero no lo hizo. Como dejar el tema ahí sería muy simple, añadiré que también era mi tutor del proyecto. ¿Seguimos? Me costó un triunfo conseguir las tres tutorías obligatorias: una para contarle mi proyecto, otra en un pasillo porque pasaba de darme cita y una tercera en la que no me hizo caso. A la única pregunta que pude hacer en aquella tutoría me contestó: "¿Es que Xxxxx y Xxxxxx no os han enseñado nada de Flash?" y me quedé con la duda.

En aquel preciso instante decidí que mi nuevo tutor sería Google, que no me va a poner pegas por preguntar cosas que no me han enseñado. Y un poco más tarde decidí que presentaba en septiembre. Más que nada, porque el ordenador en el que estaba haciendo el proyecto (PC con Windows XP) cascó por el puñetero gusano y en el portátil (iBook con 10.4) sólo tenía instalado el QuarkXPress (programa de maquetación) y el Photoshop y no encontré a nadie que tuviera el Flash para Tiger.

Convencí a mi padre para que comprara un ordenador nuevo, porque el PC no volvió a ser el mismo, por mucha limpieza que le hicimos. Le instalé todos los programas necesarios para el proyecto (Flash, Photoshop, Premiere, un compresor de vídeo y un editor cutre de audio) y me dispuse a pasar el verano más desesperante de mi vida. La beca de los fines de semana se terminó y encontré otra mucho mejor: cinco días en semana (lo que no necesariamente significa librar fines de semana) con jornada intensiva de tarde-noche. Mi horario podía ser de 16:00 a 23:00, de 17:30 a 00:30 o de 18:30 a 01:30. Puntualizaré que éste último era para acontecimientos especiales, como un partido de Champion. Buenafuente me hacía compañía mientras preparaba la cena y luego mi vecina me despertaba a las 8:30 de la mañana. Desde entonces veo a Buenafuente con otros ojos y odio a mi vecina de arriba.

El 24 de septiembre de 2008 presenté mi proyecto final de carrera. Allí se quedaron los millones de prácticas, los fallos informáticos, los archivos que se corrompen solos (cosas de QuarkXPress y de las salas de redacción), aquella asignatura de la que nos quitaron el examen porque el profesor no hablaba español suficiente como para que nos enteráramos de algo en clase y las largas colas de reprografía (¿por qué todas las chicas de reprografía son chonis?). Nada más salir de la universidad, mis padres me esperaban para ir a por una cámara de fotos. Después hice la maleta y a las pocas horas estaba en Barajas, facturando mi maleta para irme de vacaciones a Roma. Creo que me lo gané ¿no?

Y las frases de rigor:
  • "Tenemos que escucharlo sin sonido" (Periodismo Institucional)
  • "Son conejas. ¿Se dice conejas?" (profesor de Gestión y Promoción de Contenidos Audiovisuales que espero que a estas alturas ya domine el castellano como lengua extranjera)
  • "Uno de los mayores puntos de encuentro de parejas gays son los baños de El Corte Inglés. ¡Que lo he visto yo!" (Periodismo Institucional)
  • "Como Dios la trajo al mundo: sin ningún tipo de vello púbico" (Producción Audiovisual)
  • "Mercados cariñosos. ¡Te quiero, mercado!" (Periodismo Institucional)
  • "¡Cansino! ¡Que España no se rompe!" (Periodismo Institucional)
  • "¿Ustedes no han ido a los viajes esos de los jubilados donde te venden?" (profesor de Periodismo Institucional ignorando la edad media del alumnado)
  • "Diga lo que diga Llamazares, nadie le cree. Pobrecito, es que es así, es su desgracia" (Periodismo Institucional)
  • Profesor: "Aula Global está raro" - Alumno: "Lleva raro cinco años, es un sistema casposo que no funciona" (viva la intranet)
  • "Los planes anuales habitualmente se hacen para un año" (Periodismo Institucional)
  • "La economía del lenguaje significa que todos acabaremos hablando en andaluz" (Medios, Receptores y Usuarios)
  • "Yo como logosímbolo funciono mejor que César" (Postproducción Digital)
  • "Olvidaros de la práctica 3, que se ha perdido en las profundidades de Aula Global" (Periodismo Institucional)
  • "Yo también soy persona" (Postproducción Digital)

jueves, 22 de octubre de 2009

Fase n: entrevista

460 candidatos, 253 plazas para el máster (más 30 suplentes, porque siempre se descuelga alguno), 230 becas de prácticas. Éstas son las cifras con las que me he encontrado esta mañana, cuando un señor muy majete nos ha recibido en una sala muy grande a todos los candidatos citados a las 11:00.

El camino hasta allí ha sido accidentado: me he hecho una carrera en los pantys antes de salir de casa (sí, me he puesto falda y para rematar me he quitado el piercing de la nariz en un intento por parecer una persona seria y adulta), he perdido un tren, casi me paso de parada en el metro intentando ayudar a un señor británico (le he dado un plano de metro y que se busque él las correspondencias) y casi me pierdo pero al final he llegado sana, salva y con tiempo de sobra. He esperado un rato, hasta que han salido a llamarnos. Hemos pasado a la ya mencionada sala grande, donde nos han explicado un poco en qué consistía la entrevista y hemos entregado la documentación. Después nos hemos dividido y han llevado a cada uno a donde sería su entrevista.

Mi tribunal estaba compuesto por dos mujeres de la empresa que hace las pruebas de selección. En otros tribunales había, además, una persona del ICEX, pero no ha sido éste el caso. Parecían majas pero me han despachado rápido. Las preguntas me han parecido muy típicas: por qué esta beca, qué destinos prefieres y por qué, qué pasa si no te damos el destino que quieres (literalmente "¿qué harías si te destinan a Kazajstán?"), dónde has trabajado anteriormente, cuéntanos cosas malas y cosas buenas sobre ti... Mi teoría: eran las 11:00 del tercer día de entrevistas y ya están hartas de preguntar a todo el mundo lo mismo y de escuchar las mismas respuestas, con las variaciones correspondientes dependiendo de la formación del candidato.

Después he desayunado tranquilamente, he vuelto a casa cojeando del pie izquierdo (falta de costumbre + resbalón en las escaleras del metro = tobillo resentido), he comprado el pan, he ayudado a una vecina a cerrar la puerta del trastero, he hablado por teléfono con mi tía, he recogido un certificado del catastro para mi padre y, cuando me han dejado, he recogido mi caos de habitación, resultado de las prisas y de la búsqueda de unos pantys que no estuvieran rotos a horas en las que todavía no soy persona. Por si alguien se lo está preguntando, soy persona a partir de las 10:00; antes de esa hora, sólo soy zombie (un ente autónomo capaz de ejecutar acciones y emitir sonidos pero carente de cerebro).

No sabría decir qué tal ha salido, porque la calificación de esta fase (sí, ponen nota) no depende de mí y no es una prueba objetiva, como el psicotécnico o el examen de inglés. Habrá que esperar hasta el 2 de noviembre para saber si he pasado la entrevista y dos semanas más para saber si tengo plaza en el máster. Que digo yo, ¿para qué sirve pasar la entrevista si luego no te cogen en el máster?

Cuarto día, cuarto curso

Cuarto fue el año de la desbandada. Aquel curso, un montón de compañeros (bueno, más bien compañeras, los hombres nunca abundaron) se fueron de Erasmus. Yo me quedé aquí, sufriendo la UC3M y cuadrando mis horarios como buenamente pude. Para quien no me conozca, diré que yo siempre he hecho un montón de cosas: natación, escuela de idiomas, trabajar, colaborar con una asociación de estudiantes... Los días más divertidos eran los martes: seis horas de clase, natación de 17:00 a 18:00, alemán de 18:00 a 20:00 y conversación en alemán de 20:00 a 21:00. Cuando llegaba a casa, tenía que ponerme a trabajar (cosas de ser freelance) o con las prácticas de la unversidad. Muchos días aparecía a las tantas, porque a la profe de conversación se le ocurría que podríamos ir a tomar algo y no estaba yo como para decir que no a un rato de vida social. Por si fuera poco, me presenté voluntaria para crear la revista de la EOI (que sólo tuvo un número, menos mal).

Este año fue cuando se desarrolló la competitividad de la clase, dando lugar a un pequeño poso de mal rollo entre distintos grupitos. Vale que no estás obligado a ser amigo del alma de todas y cada una de las personas a las que conoces pero no era cómodo que digamos. Aparte de eso, tuvimos problemas con la universidad, que se olvidaba de asignarnos profesores o los que nos asignaba pasaban de nosotros. Por ejemplo, Sistema Global de Medios. El hombre llegó a clase el primer día, nos contó las normas de la asignatura (sólo recuerdo "asistencia obligatoria") y nos dio un calendario con fechas de entrega de trabajos. No nos dio temario. No nos dio apuntes. No nos dio clase. Se limitaba a pasar una hoja para que firmáramos y a hacer tutorías individuales para los trabajos finales, pero obligaba a todo el mundo a quedarse, no sólo al tutorizado. En una de estas horas inútiles, me levanté y me fui. Lo siento, no iba a perder el tiempo escuchando cómo una compañera no encontraba documentación actualizada sobre nosequé tema.

Por fin la universidad hizo algo por nosotros: nombrar un vicedecano responsable de la carrera. Ya estaba bien que durante tres años nadie se hubiera ocupado de ver cómo funcionaba una titulación nueva ni de si había algo que cambiar. Claro, que las cosas tampoco cambiaron con nuestra nueva vicedecana. Nos reunimos con ella para presentarle todas nuestras quejas (acumuladas durante tres largos años) y nos contestó "sois un grupo experimental y conflictivo". Dimitió un año después.

Viéndolo desde la distancia, me doy cuenta de que aquel año no fue muy allá para mí. Sólo suspendí una asignatura (que aprobé en septiembre con un 9 :D e incluso me terminó gustando) pero apenas tenía vida más allá de la unviersidad y mis veintisiete trillones de actividades extra. Menos mal que volví a ser persona, aunque me costó año y pico más. Pero voy a dejar para el post del último curso cómo recuperé mi vida.

Sólo he podido rescatar tres frases del año académico 2006-2007, sed comprensivos:
  • "Uno puede ser culpable de degollar a alguien y estar muy contento" (Teoría y Análisis de la Narrativa Audiovisual)
  • "La típica escena de 'yo te salpico, tú me salpicas, qué bien lo pasamos'" (Teoría y Análisis de la Narrativa Audiovisual)
  • "No vale decir 'el enano ése estuvo cuarenta años'" (Historia del Periodismo en España)

Aviso
: hoy tengo la entrevista en el Instituto de Comercio Exterior. Ya redactaré el post explicativo correspondiente.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Tercer día, tercer curso

Y pasé a tercero (curso 2005-2006). Los conjuntos, que estábamos repartidos entre Periodismo y Comunicación Audiovisual, nos juntamos en un solo grupo a partir de este curso. Entonces nos dimos cuenta de por qué nos habían separado: no cabíamos en el edificio que inauguraron en año en que comenzamos la carrera. Como no tenían aulas, nos dieron lo primero que tenían a mano: una sala sin ventanas, a la que apodamos cariñosamente "el zulo". Nos costó un tiempo pero conseguimos que nos sacaran de allí, aunque tuviéramos que dar cada clase en un aula diferente.

Aparte de los malabarismos con las aulas, también sabían hacer cosas muy divertidas con los horarios. Para que cuadrara el plan de estudios, tercero debía tener 14 asignaturas entre troncales y obligatorias, en lugar de las 12 habituales. Aún no sé cómo, pero aquel curso aprobé 12 asignaturas en primera convocatoria (las otras dos, en septiembre), un curso de humanidades de dos créditos (cosas absurdas de la UC3M sin las que no te dan el título), me saqué el carnet de conducir y aprobé los exámenes de la EOI en junio.

No recuerdo que me sucediera nada traumático, aunque aprendí que pasártelo bien viendo cómo Uma Thurman vestida de Bruce Lee descuartiza a gente con una katana no te convierte en un perturbado y un sádico y que incluso puede ser sano. También aprendí que puedo tragarme cualquier tipo de película, por aburrida, lenta o larga que sea, sin apenas tener secuelas psíquicas, que no sirvo para hacer análisis de contenido (formales sí, me salen de puta madre) y lo más importante de todo: que 63 puñaladas no son ensañamiento (siempre y cuando te maten a partir de la número 60).

Los profesores de este curso eran muy carismáticos, por eso os voy a dejar tantísimas frases (y eso que he filtrado unas cuantas).
  • "Podéis pintar y hacemos Altamira" (profesor de Filosofía Política pensando en alto sobre "el zulo")
  • "Antes de Marx, no había marxismo" (Filosofía Política)
  • "Podemos cambiar de sexo, podemos cambiar de familia y Michael Jackson cambia de raza" (Filosofía Política)
  • "Hay veces en las que el subtexto ya no... y entonces te llamo hijoputa" (Guión Cinematográfico)
  • "La gente normal, es decir, los no-periodistas" (Periodismo Local)
  • "La película es una batallita de orcos" (profesor de Gestión de la Empresa Informativa resume El Señor de los Anillos)
  • "Madonna es petarda porque ella quiere ser petarda" (Teoría y Crítica del Cine y la Televisión Contemporánea)
  • "En la época isabelina, las mujeres no podían subir al escenario... hasta que llegó Gwyneth Paltrow y lo cambió todo" (Teoría y Crítica del Cine y la Televisión Contemporánea)
  • "Uma Thurman ha matado a 40 japoneses pero es una broma" (resumen de Kill Bill vol. I en Teoría y Crítica del Cine y la Televisión Contemporánea)
  • "Y llegan a una casa muy siniestrosa en la que vive una encantadora familia caníbal" (resumen de La Matanza de Texas en Teoría y Crítica del Cine y la Televisión Contemporánea)

martes, 20 de octubre de 2009

Segundo día, segundo curso

Mi segundo año de carrera (curso 2004-2005) lo terminé traumatizada y con menos pelo. No, no se me cayó, simplemente me pillé tal rebote que, en un arrebato de locura, fui corriendo a la peluquería. Pero no adelantemos acontecimientos, que eso es del segundo cuatrimestre.

Por alguna extraña razón, todas y cada una de las asignaturas de aquel año tenían prácticas, incluso Geografía Descriptiva y Humana (cuyo examen duró más de 4 horas, por cierto, yo no sé a qué aspiraba ese señor). Aquel año no es que tuviéramos mucha vida social, más allá de la universidad y de los trabajos. Incluso quedábamos los fines de semana y los días que no teníamos clase para poder terminar a tiempo las prácticas en grupo. ¿Y los festivos y puentes? A leer todos los libros que nos mandaban y los cientos de miles de fotocopias que nos dejaban en reprografía.

En cuanto al profesorado, tuvimos de todo: un señor clasista que nos dijo que si nos parecía caro un manual de 70€ que sólo servía para su asignatura no estudiáramos (en otro grupo dijo que no le parecía bien que las clases medias pudieran acceder a los estudios superiores), otro con forma de limón que mandaba trabajos rarísimos (pocas veces me he sentido tan gilipollas como aquella vez que tuve que recortar formas de países en papel milimetrado y pegarlas después en una cartulina azul tabarca), una que se limitaba a ponernos documentales en vídeo y luego se marchaba (y que se pilló una baja por lumbago), otra con la voz tan aguda que se cascaban un par cristales cada vez que abría la boca... pero esto no es nada comparado con el ser al que voy a dedicar este post: la maligna, a la que tuvimos que sufrir durante el segundo cuatrimestre (el cucaracho y el retorno de la sosa os los dejo a vosotras, chicas).

Esta mujer daba una asignatura de la que, en mi humilde opinión, no tenía ni puñetera idea. No sabía usar el Power Point, por lo que nos traía las transparencias en Word con letra supergigante. Y tampoco sabía lo que era un salto de página y se tiraba toooooda la clase bajando líneas con la flechita del teclado. Bueno, el día que explicaba, porque apenas pudimos coger apuntes de esa asignatura. ¿A qué dedicaba las clases entonces? Pues, entre otras cosas, a sus idas de olla y a acosar al delegado. Yo creo que el pobre chaval no ha vuelto a dormir desde aquel día que la tipa ésta se le sentó delante en una postura de todo menos cómoda y empezo a mirarle lascivamente. El resto del tiempo, era simplemente desesperante y daba las dos horas enteras y si un triste descanso de cinco minutos, lo que hacía que muchos sintiéramos ganas de recurrir al suicidio.

Pero lo mejor de todo fue el examen. Le habíamos preguntado millones de veces cómo sería y ella aún no lo había decidido. Nos dijo algo así como "no sé por qué os preocupa tanto el examen". Copón, pues porque si lo suspendemos tenemos que verte el careto otra vez en septiembre. Finalmente, se dignó a darnos una respuesta:
Profesora - El examen constará de tres partes: un test, dos preguntas cortas y una pregunta larga.
Alumna - ¿El test será multirrespuesta?
[varios segundos de silencio]
Profesora - Sí. Tú tienes tres opciones: la A, la B y la C, y eliges una.

Llegó el día del examen. La señora se planta delante de la clase y nos suelta: "Bueno, el examen ha cambiado un poco". ¿Un poco? "El test lo he quitado y las tres preguntas se han convertido en una sola. ¡Pero os dejo elegir!". Vale, me estás diciendo que, como no te ha dado la gana preparar el examen, has sacado dos temas a boleo de entre todo el material infumable y sin sentido que has dejado en reprografía y que me vas a poner la nota que te dé la gana. Pero gracias por dejarme elegir la pregunta.

Efectivamente, nos puso la nota que le dio la gana. Jamás he visto tanta gente en una revisión de examen. Fíjate lo bien que corrigió, que una alumna que no se había presentado sacó un notable. Entré a la revisión con mi 3 (seguro que esto lo hizo el universo para compensar aquel examen para el que aprobé sólo con leerme el temario el día de antes y poder recobrar así su equilibrio). Para empezar, la mujercilla no hacía más que llamarme María. Pero eso no fue lo mejor, lo mejor fue cuando le pedí ver mi examen, ella me lo dejó y vi que no tenía ni una sola marca de bolígrafo.
Laura - Perdón, hay una cosa que no entiendo.
Profesora - Dime, María
L - Me llamo Laura (por tercera vez)
P - Ay, perdona
L - ¿Qué es lo que he hecho mal?
P - Esto... (buscando a toda prisa en el cuadernillo de examen). ¡Sí, aquí!
L - ¿Qué?
P - Ésta palabra no existe
L - ¿Qué palabra?
P - Blog [sí, estáis leyendo en un blog que a alguien que tienen un blog le han dicho que no existe la palabra blog]. No se dice blócgs [ella pronunciaba así de bien]
L - Entonces, ¿cómo se dice?
P - We'lós

Supongo que querría decir "weblog" pero en ese momento estaba sumida en mi propia indignación, pensando en la reclamación que le iba a poner y en pedir una doble corrección de examen. Fui al punto de desinformación de la Facultad de Comunicación, desde donde me mandaron al punto de información de Ciencias Sociales y Jurídicas. Una vez allí, me dijeron que la reclamación tenía que ponerla en Comunicación. No sé con qué cara miré al pobre becario pero me hizo el favor de recoger la reclamación muy amablemente, aunque fuera para el Departamento de Comunicación. Escribí la reclamación de forma educada (faltaría más), aproveché la misma para pedir la doble corrección y, con el mismo impulso que me llevó hasta el punto de desinformación, pasé por la peluquería esa misma tarde y me corté el pelo a la altura del lóbulo de la oreja (menos mal que el pelo crece).

Varias semanas más tarde (por no decir mes y pico) recibí un certificado de la universidad, en el que decía que, tras haber consultado la profesora, ésta había afirmado que no hubo ninguna irregularidad en la corrección de los exámenes. A ver, no te va a decir "no me dio la gana corregir los exámenes de segundo ¿qué pasa? Es que son ochenta y tantos alumnos y escriben mucho". Como la palabra de la profesora tenía más peso que todas las reclamaciones que le pusieron, creyeron su versión y denegaron las dobles correcciones.

Por lo que supe más tarde, echaron a esta profesora de la UC3M. Al curso siguiente estaba dando clases en otra universidad pública, de la que a partir de aquel día me alegré de no ser alumna, aunque me pillara más cerca de casa y nunca me haya gustado madrugar.

Y, para terminar, algunas frases que me amenizaron el año. Así os desintoxicáis un poco del truñazo que acabo de soltar en un momento.
  • "Se me ha puesto todo de punta" (Fotoperiodismo)
  • "Si no se finje, no les puede ir bien" (Fundamentos de la Economía)
  • Profesor: "Los ricos también entran en el reino de los cielos. De hecho, entran más que la gente normal" - Alumna: "Sí, porque untan a San Pedro" (Fundamentos de la Economía)
  • "Si no vas al gimnasio, te conviertes en un paria de la tierra" (Historia del Mundo Actual)
  • "¿Y por qué siempre viene alguien y te mata?" - "Por gilipollas" (conversación con una compañera acerca de las leyendas urbanas)
  • "¡Que diga que no se lo sabe, no que se invente cosas!" (acerca de la extraña conducta de algunos profesores durante las explicaciones)
  • "¿A otros profesores también se les atranca la llave?" (Comunicación Corporativa)
  • "Perdón, no miréis, que os vais a marear" (Comunicación Corporativa)
  • "Desechad sucesos tipo 'Niño se traga un cocodrilo'" (Relato Informativo I)

lunes, 19 de octubre de 2009

Primer día, primer curso

Queda oficialmente inaugurada la "Semana temática UC3M" que varios blogs vamos a dedicar al sufrimiento universitario. La idea surgió de casualidad en los comentarios a un post de uno de los blogs participantes. Yo he decidido dedicar cada día a algo que me ocurriera en un curso.

Empecemos por el principio: primero de carrera.

Yo estaba contenta y feliz, porque me había llegado la nota para estudiar la carrera que quería (Periodismo-Comunicación Audiovisual). Era el primer año de esa carrera y no sabían muy bien dónde meternos, aunque acababan de abrir la Facultad de Comunicación (sin terminarla, que convivimos un tiempo con las obras). Decidieron partir la lista en dos y empaquetaron a media clase con los estudiantes de Periodismo y a la otra media con los de Comunicación Audiovisual. A mí me tocó con los de Periodismo y aún hoy, seis años después, no sé si eso es bueno o malo. Los profesores no entendían muy bien eso de que estuviéramos grupo y medio en la misma clase, pero bueno, eso es otra historia.

Y llegaron los temidos exámenes de febrero. No resultaron especialmente traumáticos (si pasamos por alto que tuve un retraso de 18 días que luego no resultó ser más que eso, un retraso). Hasta que salieron las notas y ví que había suspendido Historia de España. Lo mejor de todo es que el profesor tardó tanto en publicar las notas que la revisión se celebró el 11 de marzo de 2004 (también conocido como 11-M).

Yo me presenté en la universidad para la revisión del examen sin saber nada de trenes ni de atentados ni ná de ná. Tampoco encontré nadie hablando del tema, porque había huelga de estudiantes y la universidad estaba vacía. Empecé a sospechar cuando ví que a mi móvil le pasaba algo con la cobertura y nadie venía a la revisión, cuando hacía media hora que tendría que haber empezado. Finalmente, apareció un compañero, que me explicó lo que había sucedido y me prestó una cutre-radio de ésas que regalan con el champú. Como todos comprenderéis, la revisión se cambió a otro día.

Y llegó la fecha definitiva de la revisión. El profesor me dijo que mi examen no estaba mal y que tenía que mandar a alguien a septiembre (gracias, hombre). Me jodió mucho que me suspendiera porque sí pero más me jodió cuando me dijo "porque tu examen no es un examen desastroso, como puede ser éste" mientras me mostraba el examen de una compañera que tenía ¡¡un 6,5!! (increíble pero cierto). Luego intentó suavizarlo con un "haga lo que haga, usted está aprobada en septiembre". Y así fue: hice un examen de mierda y saqué un 5,5.

En esta primera época de exámenes, descubrí una de las leyes no escritas de la Carlos III: hay un porcentaje máximo y un mínimo de alumnos que deben aprobar o suspender. Esta ley se demuestra con lo que acabo de contar pero también con lo que ocurrió en otra asignatura, en la que tuvieron que bajar el mínimo exigido en el examen para poder hacer media con las prácticas y llegar al mínimo de aprobados. Cosa que, por otra parte, no me extraña lo más mínimo, porque a nadie se le ocurre poner un examen tipo test multirrespuesta que resta (compañeras de sufrimientos, ¿restaba de verdad o me lo he inventado y simplemente fue multirrespuesta y jodido de narices? Aclaradme la duda, porfa).

En los exámenes de junio me reafirmé en esta creencia en los porcentajes y además aprendí que da igual que hayas ido a clase y entregado todos los trabajos del mundo (incluso los que no son obligatorios) cuando sacas un 4,5. Da igual lo que hayas hecho durante el curso, que te vas a quedar con tu 4,5 igualmente (luego los profesores tienen las narices de hablarnos de "trabajo diario" y "evaluación continua"). Con éste me piqué (porque yo soy así, me pico con cualquiera) y estudié tanto que saqué un 8,5 en un examen pensado más para torturar a los estudiantes que para que demostraran sus conocimientos (prueba de ello es que mucha gente lo suspendió y fue de cabeza a la tercera convocatoria).

Y hasta aquí los "mejores momentos" de mi primer año. Os dejo con algunas frases célebres de ese curso:
  • "Nada mejor para leer a Proust que una buena tuberculosis" (Movimientos Literarios Contemporáneos).
  • "Tenéis que aprender a aburriros en silencio" (Movimientos Literarios Contemporáneos)
  • "No maten nada que no tengamos necesidad de comérnoslo" (Historia de España, acerca de las moscas que volaban por la clase)
  • "El punto y coma, ese gran desconocido" (Lengua Española I)
  • "Si supiera lo que está haciendo, seguramente se aburriría" - "El hecho de que sepa lo que está haciendo, no significa que se aburra" (conversación con una compañera, acerca de los hábitos extraños de los profesores)
  • (leáse con acento argentino) "Dejá de hacerte puñetas mentales" (Introducción a la Publicidad)
  • Alumna: "¿Qué es una homilía?" - Profesor: "El rollo que te suelta el cura" (La Noticia Periodística)

Semana del sufrimiento universitario

Hace unos días, surgió en el blog de Blanca la idea de hacer una "semana temática UC3M", dedicada a los años que hemos pasado allí y las consecuencias que esta experiencia ha tenido en nosotras. Las bloggers que participan en tal evento, aparte de servidora, son:
Por la parte que me toca, he decidido dedicar cada día laborable a un curso (de primero a quinto, obviamente). El fin de semana publicaré una lista de cosas que he sacado de aquellos años. Disfrutadlo, tanto si habéis compartido nuestros sufrimientos, como si sois de otra universidad o no sois ni habéis sido estudiantes universitarios.

Aprovecho el post para dar a Irene la bienvenida a la blogosfera. El fenómeno lobby es realmente poderoso, incluso para gilipolleces como ésta :P

jueves, 15 de octubre de 2009

Blog Action Day '09

Hoy toca dedicar el blog a cosas serias. Esto no lo digo yo, lo dice Blog Action Day. El tema elegido este año es el cambio climático.

Hace un par de años, tuve que entregar en la universidad un artículo de opinión sobre este tema. Tranquilos, que no voy a hacer un copy-paste. Entre otras cosas, porque borré sin querer la carpeta que contenía todas las prácticas de aquella asignatura, pero también porque me parece una cutrez y una falta de respeto hacia los lectores reciclar textos viejos para actualizar un blog. Sin embargo, la idea que voy a exponer es la misma, porque mi opinión sobre este tema no ha cambiado desde entonces (soy una mujer de convicciones fuertes).

El clima cambia, eso es un hecho. No es igual el clima que tenemos ahora, en octubre de 2009, que el de hace un siglo. Además, el clima es cíclico. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que las temperaturas ascienden y descienden periódicamente cada cierto tiempo, originando periodos de glaciaciones y picos de calor. Otra constante en esto del clima es que toda glaciación viene precedida por un aumento de las temperaturas. Según algo que leí por ahí hace tiempo, la última glaciación ya tendría que haberse producido, lo que parece una buena razón para un aumento de la temperatura global.

Con estos datos no quiero decir que haya que negar el cambio climático. Pero están ahí y hay que tenerlos en cuenta. Tampoco hay que llegar a este extremo:



Si bien es cierto que el clima no es una variable estática, también es cierto que hay acciones humanas que lo modifican. La tala masiva de árboles reduce las precipitaciones y la contaminación atmosférica aumenta las temperaturas, por poner algunos ejemplos. Y, claro está, estos ejemplos también tienen sus consecuencias: el aumento de la temperatura global hace que los casquetes polares se derritan, lo que (entre otras cosas) hace que el nivel del mar suba, lo que hará que algunas regiones queden cubiertas por el agua.

Se podría decir que estamos cambiando el cambio, en vez de dejar que el clima siga su ritmo natural. Que nadie escurra el bulto, porque esto lo estamos haciendo entre todos y apenas nos damos cuenta. Y si alguien piensa que por cambiar sus hábitos todo va a seguir igual, que lea esta frase que le he cogido prestada al muro de Berlín (y que también resumiría muy bien el carácter del Blog Action Day):
"Mucha gente pequeña que en lugares pequeños hace
cosas pequeñas puede cambiar la cara del mundo"

miércoles, 14 de octubre de 2009

Por la igualdad de género

(conversación real)

Él - ¿Sabes qué traje te digo?
Ella - Sí, el xxxx
Él - No, ése es otro
Ella - Cierto. Es el de xxxxxxx
Él - Noooooo. Ya veo el caso que me hiciste
Ella - Pero si tú ya sabes que yo de moda sé más o menos lo mismo que de física cuántica

martes, 13 de octubre de 2009

Una de burocracia

Todo el mundo sabe que a mí me encanta la burocracia. Desde luego, no sé qué haría sin ella. Como la echaba tanto de menos, sobre todo la de mi querida Universidad Carlos III de Madrid, esta mañana he ido a darme un paseo por allí y a pedir un papelajo que necesito para la beca aquella de las doce mil trescientas veintisiete pruebas eliminatorias. Uy, y además es martes 13.

Por mi titulación me corresponde el mostrador de atención (por llamarlo de alguna forma, que ahí son de todo menos atentos) de la Facultad de Comunicación. Cuando estaba en segundo, tuve que poner una queja al Departamento de Comunicación para pedir la doble corrección de un examen, o corrección sin más, porque ese examen no estaba corregido. Esta gente tan maja me mandó a la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, donde me dijeron que la queja tendría que ponerla en mi facultad. Aún así, hicieron el favor de recogerla igualmente, aunque luego tuvieron que mandarla a la Facultad de Comunicación para que la tramitara la misma gente que me había dicho que ahí no era.

Con estos antecedentes, donde se ve que siempre están dispuestos a ayudar a todo aquel que lo necesite, nos hacemos una idea de las ganas de trabajar y de ser agradables que tienen. Yo he trabajado de cara al público durante la campaña de Navidad de El Corte Inglés, que hace que esas fechas te parezcan de todo menos entrañables. Me han amenazado con hojas de reclamación porque no podíamos empaquetar una bufanda como estaba puesta en el escaparate, me han gritado y me han insultado pero nunca se me ha ocurrido tratar con desprecio a la persona que estaba al otro lado del mostrador. Os contaré lo que ha sucedido.

Llego allí y hago cola. Había olvidado el tipo de personas que había por mi facultad, hasta que he oído como un chaval, cuyo bolso ya era más caro que todo lo que llevaba yo encima (contando con las gafas, el reloj suizo que me regaló mi madrina, las zapatillas chachis modelo especial y la inversión en piercings), decía que Omán no tiene nada que ver con Dubai. Los que hayáis pasado por mi facultad lo comprenderéis. Mientras tanto, una becaria solitaria atendía a todo el que pasaba por el mostrador, sin ningún superior a la vista.

Por fin llega mi turno, me aproximo al mostrador y le cuento mi problema a la becaria, exagerándolo un poquillo. Me pide el DNI, se mete detrás de una estantería y es entonces cuando entra en escena La Mujer Más Borde Del Mundo, que tiene la habilidad de revestir cada frase de desprecio y asco.

Mujer Más Borde Del Mundo - ¿Y por qué no tiene el resguardo?
Becaria [claramente acojonada] - Porque lo ha perdido
MMBDM - ¿Lo pediste el 13 del 10 y ya lo has perdido?
Laura - Lo pedí el año pasado.
MMBDM - Aquí pone 13 del 10
(¿y no se le ha ocurrido mirar el año? ¿Usted se cree que si lo hubiera pedido hoy estaría aquí perdiendo el tiempo?)
MMBDM - Ah, es de 2008. ¿Eres de la conjunta?
L - Sí
MMBDM - Entonces hay que imprimir dos
(cuidado, que a lo mejor es mucho trabajo sacar dos papeles de la impresora y sellarlos)

Mientras La Mujer Más Borde Del Mundo está ocupada con la dificilísima tarea de imprimir dos papeles, aprovecho para pedirle a la becaria maja (como se nota que es estudiante y sufre estas cosas) mi Suplemento Europeo al Título, que ya pagué hace tiempo y me dijeron que puedo recoger. Las tasas no están (deben de andar con el resguardo perdido de solicitud del título) y eso le ha creado un conflicto a la becaria, que no ha tenido más remedio que preguntarle a La Mujer Más Borde Del Mundo.

B - No están las tasas
MMBDM - Pues sin las tasas no te damos el SET
L - Pero está pagado y he recibido un mensaje de la universidad que dice que lo puedo recoger
MMBDM - ¿Y qué?
L - Se puede mirar la fecha del pago y con eso voy a mi banco a que me den un justificante
MMBDM - El banco no te va a dar nada
(ahora también es experta en banca)
L - El banco tiene un registro de las operaciones que se hacen y, con la fecha, se puede buscar esa operación y emitir un justificante (que soy hija de empleado de banca, coñe)
MMBDM - Pues no lo sé
(vamos, que no me quieres mirar la fecha ¿no?)
L - Y el banco habrá pasado alguna notificación a la universidad de que esa tasa está pagada
MMBDM - El banco no ha pasado nada
[intercambio de miradas gélidas entre La Mujer Más Borde del Mundo y yo]
L - Adiós y gracias.

Me largo por no montarle un pollo a La Mujer Más Borde del Mundo, porque lo que me apetece hacer en ese momento es preguntarle si entonces la universidad no tiene forma de saber cuándo un estudiante paga una tasa o una matrícula y restregarle por la cara los dos certificados que me acaba de dar, en los que se lee claramente que la que escribe "ha pagado el importe de 138,55 EUR, correspondiente a los derechos de expedición del título". Vaya, menos mal que el banco no avisa a la universidad cuando se efectúa un pago ¬¬. Al menos llevaba mi camiseta spoiler y le he jodido los finales de unas cuantas pelis y de alguna que otra serie.

Y así, amiguitos, es como funciona la burocracia. Para saber más sobre el funcionamiento de la UC3M, podéis consultar a Blanca.

lunes, 12 de octubre de 2009

Despejemos las dudas

Hace un par de días me encontré con esto entre los comentarios al post "Me tienen en un sinvivir":

Patricia Vera dijo...

Enhorabuena!! Y ahora qué? Escríbenos un post que nos explique qué va a pasar ahora, después de tanta incertidumbre.


Sintiéndolo mucho (por mi salud y por los que me aguantáis las tonterías gracias a esta cosa de la web 2.0), después de tanta criba y tanta eliminatoria viene otra eliminatoria (¡¡bieeeeeen!!). He sido convocada el día 22 de octubre para realizar una entrevista y entregar una documentación que no tengo porque la perdí. Los señores del ICEX piden una copia del resguardo de solicitud del título, así que tendré que enfrentarme una vez más a la férrea burocracia de la Universidad Carlos III de Madrid darlse la vara para que me den una copia de la solicitud. No sé si llevarme a alguien grande y que dé miedo, como mi padre, o comprarme un botecito de Vicks VapoRub para llorarles y dar penita.

Mañana os cuento qué tal.

jueves, 8 de octubre de 2009

Una historia

María Antonia era una joven que vivía en un pueblo de Extremadura. Tenía novio, pero tuvo que exiliarse a Francia cuando empezó la Guerra Civil. Después de la guerra, María Antonia conoció a Francisco, se casaron y tuvieron dos hijos, Emilia y Tiburcio.

A los quince años, Emilia tuvo que irse a trabajar a Madrid. Nueve años después, Emilia quedó con su amiga Elena, como todos los fines de semana. Un primo de Elena que era sacerdote estaba de visita en Madrid. Elena se fue, porque había quedado con su novio, y dejó solos a su primo y a Emilia. Emilia tuvo la impresión de que al primo de su amiga no le iba mucho aquello del celibato, así que llamó a otra amiga y se fue con la excusa de que había quedado con ella.

Iban las dos amigas por Madrid, cuando se encontraron con un vecino de Emilia. Este mozo se había dejado convencer por su madre de que Emilia era un buen partido y decidió aprovechar el encuentro para acercarse a ella. Emilia y su amiga se inventaron que se tenían que ir porque tenían entrada para el teatro, se metieron en el primer teatro que encontraron y se quedaron en el hall hasta que el vecino se largó. Después fueron al Círculo de Bellas Artes, donde la amiga de Emilia había quedado con su novio.

Una vez allí, Emilia se encontró con otro vecino, que también tenía intención de ser pretendiente. La amiga estaba bailando con el novio, así que Emilia tuvo que improvisar. Miró por la sala y vio un grupo de gente, a un chico muy alto llamado Antonio (1,83m, o eso dice ahora, 35 años después) y dos sillas libres. Se acercó allí y preguntó si se podía sentar. El chico fue un poco seco. "Vale, pero les estoy guardando el sitio a unos amigos. Cuando vengan te tienes que ir". Los amigos no vinieron, Emilia y Antonio (que también existe de coña, porque sus padres se casaron de penalty) se cayeron bien y 4 años después se casaron.

Tras 8 años de intentos y dos abortos nos plantamos en 1985, año en que Emilia se quedó embarazada. Era un embarazo de riesgo, por lo que tuvo que guardar reposo y Carlos, su tocólogo, decidió hacer una cesárea programa para el 8 de octubre. Carlos tuvo que hacer la operación sentado, por una lesión en la columna que se hizo al caer de un tejado en la sierra (y ser bajado hasta La Paz tumbado en una puerta, es lo que tienen las obras). A pesar de todo, la cosa salió bien y nació Laura.

Veinticuatro años después, Laura está en paro y no tiene nada mejor que hacer que actualizar su blog. Aunque piensa que debería ponerse a planchar.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Forempleo 2009

Un año más, la Universidad Carlos III de Madrid celebra Forempleo. El significado del nombre es obvio: es un foro de empleo. Este año, la lista de empresas colaboradoras se ha reducido considerablemente. Algunas habituales, como Siemens, no han aparecido. Caso aparte es el de LG, que ha montado el stand pero no ha mandado a nadie a ocuparlo en toda la mañana.

Los estudios más demandados vuelven a ser las ingenierías, Derecho y Administración de Empresas. Eso sí, piden poquitos titulados. Lo más buscado son estudiantes dispuestos a hacer prácticas y que aún no hayan agotado las horas de convenio con la universidad. La tendencia general de este año es el ahorro, tanto en las contrataciones como en la atención a los asistentes (y en los regalos, también hay que decirlo, que más de uno no se ha dignado ni a darme ni un triste boli). En la mayoría de los stands, las empresas se han limitado a repartir folletos con la página web de turno e indicar que allí puedes registrar tu curriculum.

Aparte del desinterés general, hay empresas que buscan todo tipo de perfiles, aunque siempre sean las mismas. Las más interesantes en este aspecto son las grandes firmas del sector energético, la petrolera Cepsa, British American Tobacco y Bosch, aunque estas dos últimas tienen unos criterios de selección feroces para sus programas de formación.

Aunque la cantidad de empresas participantes ha bajado respecto a otras ediciones, no ha sido así con los asistentes. Los pasillos de la carpa instalada en el patio central del Sabatini se han vuelto intransitables, algunos stands de grandes empresas tenían varios minutos de espera y el calor era insoportable en algunos momentos.

Sobre las conferencias tengo poco o nada que decir, porque no he asistido a ninguna. Aunque, viendo la lista, son prácticamente las mismas que el año pasado. "Trabajar en el extranjero, una experiencia enriquecedora" repite en esta edición, aunque espero que hayan mejorado el discurso, porque la del año pasado no fue demasiado útil. Por cierto, a quienes busquen trabajo fuera de España, les interesará saber que el Euroconsejero del Reino Unido estaba en el stand de la Consejería de Empleo.

En cuanto a mí, este ha sido el balance:
  • Material rapiñado: una pelotita, cuatro bolis, un taco de post-it y una cinta de esas para colgar el móvil o las llaves
  • Curriculums entregados: 11
  • Empresas en las que tengo posibilidades: 1

martes, 6 de octubre de 2009

Post #50

¿Y de qué hablo yo en mi post número 50? Pues, por ejemplo de que hace un año que me apunté al INEM y aquí estoy, imprimiendo currículums para llevarlos mañana a Forempleo. Que esto no quiere decir que durante el último año haya estado en casa tocándome los pies: en noviembre cubrí una baja (5 días de contrato, hay que ser cutre), en diciembre empecé un curso de montador de Avid, en abril me largué a Alemania, en julio me repatriaron, hice el Camino de Santiago, fui a muchas bodas y el resto de año... bueno, he aprobado alemán (que mola bastante para tirarse el rollo) y me han sacado una muela del juicio (que dicen que duele).

El problema es que, después de haber hecho todo eso (y más cosas que a vosotros no os importan, faltaría más), estoy otra vez donde empecé: sin ningún trabajo a la vista, con la carrera terminada, sin procesos de selección e imprimiendo curriculums para ir a llorarles a las grandes empresas que van a las ferias de empleo de las universidades por un puesto en un departamento de comunicación (trabajo que siempre he desdeñado).

Es en estos momentos cuando recuerdo mi último día en uno de mis muchos trabajos, mi favorito y el único del que puedo hablar con orgullo (y también sirve para tirarse el rollo, pa' qué negarlo). El caso es que me llamaron para renovarme, supuestamente después de un "periodo de formación" (las narices, que te hacen un examen de acceso y te piden que vengas formadito de casa), y, cuando me preguntaron si tenía pensado aprobar el proyecto de fin de carrera y dije "Sí, obviamente", me dieron la patada. Les faltó decir "es que somos unos cutres y sólo te contratamos si podemos tramitarlo todo como prácticas a través de tu universidad, así no te tenemos que dar de alta ni pagarte el seguro". Pero los medios de comunicación son así, sobre todo ahora.

Aunque mejor no seguiré hablando de esto, que me pongo de muy mala leche. Todo el párrafo anterior era para que os pusieráis en situación antes de explicar lo que ocurrió mi último día. Antes de irme a casa para siempre, salí al patio con un redactor para hablar un rato sobre lo mal que está el mundo laboral para los periodistas y ese tipo de cosas. El chaval me dijo una frase que recuerdo siempre en momentos como estos (cuando imprimo mi CV): "si con tu curriculum no encuentras trabajo, lo mejor que puedes hacer es cortarte las venas".

Entendamos la frase por el lado positivo, porque no pienso cortarme las venas (aunque lleve un año en paro). Quiero entender que lo que él quería decir era que siguiera buscando, al menos hasta que las empresas se dignen a abrir procesos de selección que tengan que ver con mi perfil. Desde entonces, mi curriculum ha crecido unas cuantas líneas y estoy empezando a discrepar con la teoría de que el CV de una persona de 23 años (aún, ya veremos dentro de dos días) no puede ocupar más de una página.

Y, aunque siga en el mismo punto que hace un año, con un curriculum demasiado largo para mi edad, con empresas que solo quieren becarios que trabajen mucho y se quejen poco y sin la universidad cubriéndome las espaldas, seguiré intentándolo. Todo sea por no cortarse las venas

domingo, 4 de octubre de 2009

El día después

Empezaremos por el principio y en orden cronológico, que a mí eso de las estructuras narrativas extrañas no suele salirme bien.

07:45: suena el despertador. Mmmmm... cinco minutos
07:50: venga, a levantarse, que no queda bien llegar tarde al primer día de clase.

Salgo de casa, cojo los transportes públicos pertinentes y me planto en la que a partir de ahora será mi clase de ruso. No sé si la puntualidad eslava es muy conocida, pero llevamos un rato aquí y no ha aparecido nadie que no sea alumno. A las 9:40 aparece una señora siberiana y empezamos la clase. Podríamos describir la experiencia como "interesante". Como muestra, diré que echo de menos la fonética alemana (¿de dónde han sacado tantas vocales los rusos? Y lo más importante ¿cómo son capaces de pronunciarlas todas? A mí me faltan cuerdas vocales o algo). Al menos la profe es salada y me da que aparecerá por aquí más adelante con alguna cita célebre.

Después de esta mañana tan intensa, vuelvo a casa e intento mentalizarme para lo que me espera. Como pronto será mi cumple, he decidido invitar a los amigos más cercanos a algo en casa. La cifra de asistentes confirmados el jueves era de 10 (contándome a mí). Cuando llegué a casa, después de mi primera toma de contacto con el idioma ruso, íbamos a ser 15. Al final no sé cuántos fuimos, porque varias personas se cayeron de la lista, otra más apareció de la nada, hubo un problema de comunicación con Hell's Tea ("¿traes acompañante?" - "Xxxxxxx trabaja el sábado") y no tenía ganas de sumar y restar. Tan sólo fui contestando al telefonillo cuando alguien llamaba, que es una técnica perfectamente válida para controlar la asistencia, siempre y cuando conozcas a quien está llamando.

Como éramos demasiados para preparar una cena, decidí pringarme lo justo (exceptuando la masacre culinaria del viernes). Despejé el salón todo lo que pude; distribuí la comida, la bebida y todo lo que pudiera resultar útil (vasos, platos, servilletas, etc.) por una mesa (previamente recubierta con un mantel de plástico tan feo como lavable) y decidí que, si todos dejaban los zapatos en la entrada, hoy tendría muchísimo menos que limpiar. Mi técnica ha funcionado, ya que sólo tengo que recoger la mesa y pasar la aspiradora al salón, que fue el centro de reuniones. Bueno, e investigar cierto percance con el frigorífico que ahora no viene a cuento y que no está relacionado con la celebración.

Con todo preparado (y yo también, por supuesto), ya sólo quedaba esperar. Incluso me ha sobrado media hora. El año pasado monté una cena para seis personas y los invitados llegaron pronto, pillándome con todo a medias. Este año no me va a pasar lo mismo... y tanto, porque han pasado 20 minutos de la hora indicada y aquí estoy yo sola, tirada en el sofá escuchando el primer CD que he pillado por banda.

Hombre, una llamada. Miro el nombre. Ésta se ha perdido fijo.
Yo - ¡Wenas! [¡sí! Por fin viene alguien]
Amiga - Tía, que no voy a poder ir [la jodimos]

Otra llamada. Miro el nombre. Otra que tiene facilidad para perderse.
Yo - ¡Wenas! [por lo que más quieras, dime que ya has llegado y no recuerdas el piso]
Amiga - ¡Hola! Oye, que ya vamos para allá, que hemos ido a recoger a Xxxxxx.
Yo - ¿Cómo? (risa histérica)
Amiga - Sí, que la he llamado
Yo - Pero... si yo no le mandé la invitación [tampoco me importa que venga, lo único es que no me van las macrocelebraciones, porque hay muchas posibilidades de que acaben en desastre]

De pronto... ¡¡rrrrrrrras!! A la mierda los pantalones. Menos mal que la parte de arriba tapa el roto, porque está en un lugar muy poco apropiado. Paso de cambiarme, no tengo más vaqueros limpios en condiciones y, además, la gente tiene que estar a punto de llegar (o debería).

Telefonillo. ¡Bien, por fin! Dos amigos, los primeros en llegar. Estoy harta de esperar, así que les sugiero que nos tomemos una cervecita. La gente sigue apareciendo y más o menos se va animando la cosa, con un goteo constante de llegadas. Les he prometido que veremos un corto (cortesía de Hell's Tea) pero hay que esperar a todo el mundo. El único que no aparece es el director del corto en cuestión (cónyuge de Hell's Tea). Deducimos que se ha perdido (nadie pilla atascos para salir de Madrid a las 11 de la noche un sábado normal, lo siento). Después de un rato y un par de llamadas, me pasan con él.
Director del corto - Me he perdido
Yo - ¿Dónde estás?
Director del corto - Espera, que creo que me he encontrado
Yo - ¿Qué ves?
Director del corto - Un concesionario

En la zona sur de Madrid, eso es como decir que has visto un árbol. Finalmente, he deducido por las explicaciones adicionales cuál era el concesionario y le he guiado por el buen camino. Hemos visto el corto (a mí me ha gustado) y hemos continuado la celebración. La gente se ha marchado en dos tandas, permitiendo que me acostara a una hora más o menos prudente teniendo en cuenta la ocasión (lo cual agradezco profundamente, dado el madrugón).

No hay fotos pero desde aquí agradezco la asistencia, las aportaciones (helados y patatas fritas de varios tipos) y los regalitos. A saber: un cuadrito, unos pendientes, un broche muy grande (que tendré que explicar cada vez que me lo ponga), un catálogo de Ikea (¡por fin!) y una copia del corto que hemos visto.

Gracias a este acontecimiento social, mis amistades (la mayoría) ya se pueden identificar cuando lean comentarios en mi blog o en mis publicaciones de Facebook.

viernes, 2 de octubre de 2009

El día más largo



Esto, amiguitos, es la cocina de casa de mis padres (que se han ido por ahí unos cuantos días más), al final de la tarde, justo antes de que pusiera la primera carga del lavaplatos. Sí, es cierto que parece que han pasado por ahí todas las tropas que participaron en el Desembarco de Normandía en una orgía de destrucción. Afortundamente, ya no está así pero yo estoy hasta las narices.

Claro, que sólo a mí se me ocurre celebrar mi cumpleaños (que aún no ha sido, así que espero no ver felicitaciones en los comentarios) en casa. Y, para más inri, preparar todo (o casi) yo misma. Total que, menos el rato que he ido al dentista (ya me han quitado los puntos) y un rato vago por la mañana, me he tirado todo el puñetero día en la cocina. Ahora entiendo yo por qué mi madre está de mala leche cada vez que tenemos visita, y eso que a ella le da tiempo a preparar todo en una mañana.

Pero yo no soy mi madre y no tengo la mañana del sábado para pringarme. A partir de mañana, todas las mañanas de sábado están reservadas a una buena causa: aprender ruso. Las únicas palabras útiles que conozco en ese idioma son "no", "gracias" y "cerveza", que pueden venir muy bien si algún día me despierto de pronto en un bar de San Petesburgo pero poco más.

Ya tengo todo preparado: un cuaderno nuevo, los bolis, el estuche... me lo voy a tomar como una "vuelta al cole" pero más suave, porque sólo es un día en semana. Ya daré más detalles sobre mi primer día de clase de ruso y contaré qué fue de todo lo que ha salido de mi cocina esta tarde.

Ahora me voy a dar una duchita y me voy a preparar un té, que me lo he ganado. Os dejo con un copia-pega de elpais.com que me ha hecho mucha gracia (mis favoritos son el de la Paz y el de Literatura).

Los galardones concedidos este año [a los Ig Nobel, los Premios Nobel alternativos] son:

-Medicina y Veterinaria: Demostración de que las vacas que tienen nombre propio dan más leche que las que no lo tienen. (Catherine Douglas y Peter Rowlinson, del Reino Unido).

- Paz: ¿Son las botellas llenas o vacías más o menos duras y tienen un umbral de fractura suficiente para fracturar el cráneo humano?, por Stephan Bollinger y colegas, de la Universidad de Berna (Suiza)

- Economía: Demostración de cómo los bancos pequeños pueden hacerse muy grandes rápidamente, y viceversa, y por la demostración de que lo mismo puede suceder a toda una economía nacional. Los autores son directores, ejecutivos y auditores de cuatro bancos islandeses.

- Química: Por la creación de diamantes a partir de líquidos, especialmente tequila. Los autores son Javier Morales y colegas de la Universidad Autónoma de México.

- Medicina: Por la investigación, como posible causa de la artritis en los dedos de las manos, del chasquido voluntario de los nudillos de la mano derecha durante 60 años diariamente y no de la mano izquierda. El autor del trabajo es Donald L. Unger, de EEUU.

- Física: Por el estudio analítico de por qué las mujeres embarazadas no se caen. Katherine K.Whitcome, de EEUU.

- Literatura: Distinción concedida a la policía irlandesa por redactar y presentar más de 50 multas de tráfico al mayor reincidente de este tipo de infracción en el país, cuyo nombre en polaco, Prawo Jadzy, significa Permiso de Conducir.

- Salud Pública: Por la invención de un sujetador que, en caso de emergencia, puede ser convertido rápidamente en un par de máscaras anti gas, una para quien lleva el sujetador y otra para ofrecérsela a alguien que este cerca. Elena N. Bodnar y colegas, de EEUU.

- Matemáticas. Al gobernador del Banco de Zimbawe (Gedeon Gono) por poner a disposición de la población un método un método diario y simple de manejar un rango muy amplio de cifras, desde las más pequeñas a las más grandes, ya que sus billetes de banco abarcan desde un centavo hasta cien billones.

- Biología: Por la demostración de que la masa de los desperdicios generados en la cocina pueden reducirse en más de un 90% utilizando unas bacterias extraídas de las heces de panda gigante.