sábado, 26 de enero de 2013

"Qué caro es ser chica"

El autor de esta gran frase es mi amigo P, que el jueves tuvo el dudoso honor de entrar conmigo en una tienda de cosméticos. P, que fue mi compañero de beca hace muchos años, cuando ambos trabajábamos en uno de los grandes medios de comunicación de este país, descubrió algo que muchos ya sabíamos: que hay otro mundo, un mundo de mujeres estupendas que van siempre hechas un pincel, perfectamente vestidas, depiladas y maquilladas y que saben andar con tacones de doce centímetros sin parecer defectuosas.

Lógicamente, yo no pertenezco a ese mundo. La naturaleza decidió equiparme con otros dones menos aparentes y aquí estoy, que he aprendido el significado de conceptos fashion como "clutch" o "cuello halter" gracias a los pies de foto de las alfombras rojas (ahora me diréis que ninguno de vosotros ha entrado en una fotogalería de alfombra roja a criticar a Helena Bonham Carter).

Algunas veces, ese 'mundo cuqui' se cruza con el mundo en el que vivimos las chicas que vamos con vaqueros asquerosos y los mortales comunes y se muestra en forma de tienda de cosméticos o de prenda mona colgada en la percha de un Zara de esa que dices "¿pero a alguien le valdrá esto?". Pues no sólo hay a quien le queda bien la dichosa prenda, hay quien se la compra sin probársela y no la tiene que devolver.

Pero eso, como ya he dicho, es otro mundo. Otro mundo en el que decidí entrar el otro día en su forma más colorida: la tienda de cosméticos. Como llevo una temporada con cara de muerta, decidí que podía ser un buen momento para probar las famosas cremas BB, que no tienen nada que ver con Research In Motion y, por lo que cuentan por ahí, deben de ser la rehostia. Bueno, las BB caras serán la rehostia, poque la mía, de 8,9 euros el bote, te disimula la cara de muerta y no pidas más. Para las que no vivimos en el 'mundo cuqui', es más que de sobra. Yo ya sé editar mis fotos en Photoshop si necesito pasar mona a la posteridad (y lo hago más de lo que parece, amigos, lo que pasa es que tengo suficiente autocontrol para no caer en el Photoshop Disaster).

Mientras yo intentaba escoger una crema (a veces es más difícil que elegir yogur), P se iba paseando entre los productos y las dependientas 'cuquis' que miraban mal preguntando todo tipo de cosas: "¿esto qué es?", "¿esto para qué sirve?", "¿por qué hay tantos colores?" (esto no se por qué lo pregunta, si es diseñador gráfico, pero él sabrá), "¿pero esto se lo echa alguien?", "¿por qué han hecho un pintalabios color 'pene de perro'?" (juro que esta última pregunta es real)...

Según iba avanzando en este nuevo mundo, su cabeza iba sumando los importes de los productos básicos (es decir, de los que podía identificar) y finalmente llegó a la gran conclusión: "Jo, Lauri, qué caro es ser chica". Un poco sí, la verdad: 13,90 € por la BB y un pintalabios "rojo hipster" (a juego con mis gafas de pasta y mis camisetas de rayas). Lo peor de todo es que, para cómo está el mercado, no estaba tan mal de precio. P va a tener razón: ser chica es caro. No quiero pensar lo que gastarán cada mes las estupendas para ir así de estupendas.

martes, 8 de enero de 2013

Propósitos para 2013

¿Sabéis las listas de propósitos esas que nunca se cumplen? Pues voy a hacer una. Intentaré ser realista, lo que significa poner cosas que debería cumplir en vez de cosas que me gustaría cumplir. Allá vamos:
  1. Terminar de ver A dos metros bajo tierra (actualmente en la segunda temporada), Boardwalk Empire (aún en el segundo capítulo de la primera), American Horror Story (a mitad de la primera) y El ala oeste (acabando la segunda).
  2. Acabar de una puta vez la colección completa de Sherlock Holmes y el libro que compré este verano sobre la construcción y caída del muro de Berlín.
  3. No descuidar los idiomas (excepto el ruso, que ya lo di por perdido hace tiempo; ese se puede dejar como está).
  4. Ser menos perezosa y menos dejada.
  5. Preocuparme menos (en general).
  6. Continuar con la rutina mañanera de gimnasio-piscina, obviamente interrumpida por las navidades.
  7. Entrenar y correr la San Silvestre, ya que mi inscripción en la última quedó frustrada por motivos laborales. Carrera popular, nada de competir contra profesionales.
  8. Tener vida fuera del trabajo.
  9. Publicar de una puta vez en este blog el viaje a Nueva York que hice con Laura en septiembre.
  10. Actualizar los blogs más a menudo. De momento he actualizado la lista de blogs amiguetes, que ya es un gran paso.
  11. Dedicar más tiempo a hacer cosas que me gustan.
  12. Ver y devolver de una puta vez las pelis prestadas que tengo desde hace ni se sabe, que ya me da vergüenza.
  13. Cumplir, al menos, la mitad de los propósitos anteriores.