Matización: "día 2" no quiere decir que no haya vuelto a pisar el gimnasio ni a calzarme las deportivas desde el día 1, sólo que hasta hoy no ha vuelto a haber entrenamiento mortal.
Empecemos por las conclusiones: creo que de aquí a un par de semanas voy a acabar con las manos como las de un estibador noruego y que mañana tendré que evitar reírme porque ya estoy previendo que va a doler, y mucho. Eso sí, con esto ya tengo hecha la "operación bikini" más que de sobra.
Hoy me han asignado como entrenador a un becario de FP que creo que lo ha pasado peor que yo. Pero me he propuesto que se vaya de las prácticas habiendo conseguido algo. Si puede enseñar a una torpe redomada como yo a subir y bajar por una cuerda sin despellejarse las manos, el resto está tirado (aunque dice que le parece muy difícil dar una clase de zumba).
El cambio de técnica (de la jodida a la asequible, concretamente) ha propiciado un avance más que notable, al menos para mí y mi orgullo. Por ahora no hay que lamentar daños físicos (obviando los que se arreglan con crema hidratante), pero aún no estoy ni cerca de lograr el objetivo al 100%, así que el peligro de hostión todavía no ha pasado.
Casualmente, hoy el Pantone del día es el Rapture Rose (17-1929), que según Pantone es "sensual, ingenioso y dramático", pero también uno de los tonos por los que han pasado las palmas de mis manos en el transcurso de recuperar su color y textura normales.