Ya que le he dedicado una entrada a la fauna piscinera, lo menos que podía hacer era corresponder también a la fauna de gimnasio. Al cambiar de casa, también cambié de gimnasio y, salvo pequeñas diferencias, la fauna que se puede encontrar en un gimnasio de Fuenlabrada y en uno de cualquier barrio de Madrid es exactamente la misma.
- Señoras que boicotean las clases. El requisito de una señora para escoger clase es "me viene bien de hora". Con este criterio tan amplio, lo mismo se meten a pilates que a un entrenamiento de alta intensidad. El problema no lo van a tener ellas, faltaría más, sino el profesor que dé la clase y la gente que sí sabe en qué clase se está metiendo. Por algo son mayoría.
¿Alguna vez te has preguntado por qué cada vez hay más clases de zumba y de pilates y algunas actividades están casi desapareciendo? Exacto: las señoras.
- El chaval regordete que va a todas las clases. Al contrario que las señoras, no es que elija las clases que le vengan bien de hora, es que todas las clases le vienen bien. Es posible que viniera de regalo con la licencia de zumba.
- La septuagenaria que levanta la pierna hasta 180 grados. Nunca, repito, nunca, entres a una clase de yoga en la que esté ella: saldrás con la moral por los suelos. También es posible que lleve 40 años entrenando y tú, como mucho, llevas dos o tres. Ésta creo que viene de regalo con la licencia de pilates.
- Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Es posible que para abrir un gimnasio exijan una cuota de policías, militares y bomberos. La cantidad depende del número total de gente que se haya matriculado en ese gimnasio.
- Osos. ¿Has visto a ese barbudo grandote que está tan en forma? Pues juega en otra liga. En concreto, en una liga en la que sólo hay barbudos grandotes, y no es la ASOBAL.
- Los enteradillos. Una de las razones para llevar tu propia música al gimnasio (además de no tener que aguantar Máxima FM) es protegerte de las lecciones de los enteradillos. Como te pillen por banda, estás perdida. Ellos saben exactamente cómo hay que entrenar, a qué hora concreta, qué hay que tomarse antes y qué hay que hacer después. Y son tan majos que están dispuestos a compartirlos con el mundo entero. Un consejo: huye.
- Chicas con leggins. Por alguna razón que no alcanzo a entender, hay mujeres que renuncian voluntariamente a la comodidad y la opacidad que proporciona la ropa deportiva. Los leggins son a los gimnasios lo que los bikinis a las clases de natación. Hay un nivel más: las de los leggins estampados, que son las mismas que van a nadar en trikini.
- La hormiga atómica. Término acuñado por mi madre, se refiere a esa chica pequeñita que parece poca cosa pero en su interior tiene una fuerza sobrehumana y una resistencia bestial.
- Madonna. Tiene el mismo pantone de pelo y el mismo cuerpo que la cantante. Y lleva las mismas mallas de colorinchis.
- Los Hyundais. Mucha carrocería pero poco motor. No hacen falta más explicaciones.