viernes, 18 de marzo de 2011

Pluriempleo (vol. II)

Lo que vengo a contar ahora es el final del pluriempleo. Hay unas cuantas cosas que merecerán ser mencionadas más adelante, porque lo cierto es que hubo unos cuantos momentos absurdos (la mayoría provocados por un tipo que se hace llamar "informático" y que es de esas personas que se merecen morir a collejas), así que prometo más entradas del pluriempleo. Pero eso ya quedó atrás, porque esta mañana he ido a firmar la baja voluntaria (y a recoger el contrato, sea dicho de paso) y he salido de un sitio que no me daba muy buena espina (mi amiga que no sabe nada sabe un poco de este asunto).

La cosa es que me vendieron el trabajo como la oportunidad de mi vida. Hombre, se agradece que en estos tiempos se den oportunidades, que la verdad es que están bastante escasas. Luego resultó que era algo así como un señor que pretendía que los trabajadores le montaran la empresa y el Estado (a través de un ICO) y los bancos se la pagaran. Y ya está, a esperar unos objetivos de facturación que no iban a llegar ni de coña. Lo sé porque los ví, eché cuentas del plazo de tiempo y me fallaban los números por todas partes (que seré de letras, pero a las divisiones llevando llego). Y yo de fe ando muy escasa como para creerme una bola tan grande.

En vista de lo que se cocía (y de que no voy a dejar el periodismo para meterme en una empresa que no va a ninguna parte), la semana pasada decidí largarme. Aún estaba en periodo de prueba y por ETT así que lo podría haber hecho en "modo cobarde" (llamar a la ETT y decir "prepárame la baja voluntaria, que mañana no voy") pero al final lo hice en "modo majo": el lunes avisé y durante esta semana he ido terminando todo lo que tenía empezado. Hay que quedar bien con la gente, que luego nunca se sabe con quién te puedes encontrar en un futuro.

La verdad es que me daba un poco de miedo cómo se lo fueran a tomar en la empresa, que lo mismo al gerente se le cruzaban los cables y le daba por putearme los días que me quedaran o me echaba el broncazo del siglo. Como este señor tiene tantos tics (en algunas reuniones me recordaba a la empanadilla de Martes y Trece) y me daba miedo que le diera un paro allí mismo (que tampoco está el mundo como para ir matando a la gente a disgustos), le presenté un manual de identidad corporativa muy mono justo después de decirle que me largaba. Que no se diga que no hago mi trabajo (aunque la verdad es que los dos últimos días me he tocado bastante las narices). Ayer la ETT ya estaba mandando a mis posibles sustitutas a que las entrevistara el jefe. El penúltimo paso hacia la libertad.

El último fue presentarme en la ETT a firmar la baja voluntaria. La verdad es que la chica que me ha atendido (la misma que me dio el contrato y que me dijo algo así como "si no vas a poder ir a trabajar un día porque te meten en la cárcel y sólo tienes una llamada, nos tienes que llamar a nosotros, no a la empresa en la que vas a estar") ha sido muy maja y bastante comprensiva. La verdad, que te atiendan bien contribuye bastante. Para aumentar el subidón, al llegar a casa me he encontrado la invitación a The Event (más datos en el blog de Hell's Tea), así que hoy me siento como si viviera en un anuncio de compresas (pero sin música ñoña).

El creativo externo (también hablaré de él, que se lo merece pero esta vez para bien) me dijo que es una pena, porque podría haber hecho muchas cosas en esa empresa. Ahora que lo pienso, podría haberle soltado más de una hostia al tipo que se hace llamar "informático" (cuando tiene el ego subido quiere que le llamen "analista"). Como dice mi jefa, "¿qué es lo peor que te puede pasar? ¿Que te echen?".

4 comentarios:

  1. Más detalles ya! Y más historias de informáticos!

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  2. Los detalles prefiero contártelos en persona, que hay cosas muy raras de por medio. Y con las historias estoy por hacer post recopilatorios de gente maja con la que se puede trabajar bien y gente con la que no.

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  3. Yo tamibén quiero detalles, que has pasado por todo esto y no me he enterado de qué pasó realmente... Espero que todo bien, anyways...

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  4. Los "informáticos" quieren ser "analistas" porque cobran más y trabajan menos (aunque sean igual de malos, porque si no sabes hacer una cosa como resolver problemas de manera práctica, la otra que es resolverlos de manera analítica sin tener ni puñetera idea de lo que se cuece por debajo la harás como el culo). Con esa vocación tan de político es normal que tiendan a ser personas egocéntricas y bastante inútiles.

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