Campaña electoral

Si los partidos ya estaban insoportables en precampaña (es como si estuvieran premenopaúsicos), en plena campaña electoral ya ni te cuento. Es como tratar continuamente con niños de colegio, sólo que a estos no les puedes pegar una voz en tono autoritario y mandarlos al rincón de pensar, porque son señores y señoras con una edad (por mucho que el Photoshop intente disimularlo).

Aparte de los piques que siempre han tenido los partidos (y los candidatos) entre ellos, se ponen todos muy sensibles y están dispuestos a tomarse mal cualquier cosa. Por ejemplo, no se manda a nadie a una rueda de prensa y se achaca a que no quisieron comprar una página en el especial de las elecciones. A ver cómo le explicas a esta gente que sólo hay tres personas para cubrir las ruedas de prensa y que no tienen el don de la ubicuidad.

A todo esto hay que añadir el desorden que tienen ellos mismos, que les mandas un mail pidiendo, textualmente, fotos de la pegada de carteles y del acto de apertura de campaña y te responden con "¿qué necesitas exactamente?". Pues eso, fotos de la pegada de carteles y del acto de apertura de campaña, no es tan complicado. Gracias a esta experiencia (y a unas pocas más) he descubierto que existe una subespecie de seres humanos que tienen la habilidad de abrir los correos electrónicos y responder sin haberlos leído con una pregunta que ya estaba respondida previamente. También están los que no responden y, aún peor, los que piden una página de publicidad y luego no mandan el anuncio ni te cogen el teléfono durante el cierre. Luego se quejarán porque no aparecen en los medios y los demás sí.

No sé a vosotros, pero a mí no me inspira ninguna confianza que nos gobierne gente que se tira un montón de tiempo para mandar la información a los periodistas, que contrata una página de publi y luego no manda el anuncio (y deja a un periódico tirado en el cierre con una página vacía), que no lee los mails o que, directamente, ni responde.

Claro que los votantes también se las traen. Ayer, sin ir más lejos, cuando me iba a casa, llamaron por teléfono a la redacción. Como estaba de pie, lo cogí y resultó ser una señora que no entendía por qué si en el especial ponía "todos los pueblos" no aparecía Santa María de la Alameda. De buena gana le hubiera contestado "Señora, pues por la misma razón que no aparece Getafe: porque el periódico no se distribuye en ese pueblo". Aún así, me costó explicarle tres veces que "todos los pueblos" son "todos los pueblos en los que se distribuye el periódico". Aún así, parece que no le hizo demasiada gracia que no apareciera Santa María de la Alameda.

A ésta la juntaba yo con la de "¿qué necesitas exactamente?". Estoy segura de que iban a tener conversaciones interesantísimas.