Como cada viernes, me encuentro en proceso de creación. Los viernes son días chungos para los que trabajamos por la tarde, porque es bien sabido por todos que España echa el cierre el viernes a las 14.00-15.00 y no vuelve a abrir hasta el lunes por la mañana. Eso significa que lo que no hayas hecho el viernes antes de esa hora se queda sin hacer.
Y en estas estamos, intentando sacar material para un texto resultón un viernes por la mañana (ya casi entrado el mediodía). El proceso, por el momento, está siendo un poco decepcionante en lo que a esfuerzo-resultado se refiere. Sobre todo por la parte telefónica. Vayamos por partes:
10.30 - Anoche le pedí ayuda a uno de los mediojefes que rondan por la redacción. A las 10 de la mañana llega el mail con el resultado: tres números de teléfono. El móvil está cargando, así que le daremos unos minutillos más mientras voy recopilando información, tomando notas y esas cosas que hacemos los periodistas cuando decimos que vamos a investigar. También investigo (a petición de mi madre) si habrá tercera temporada de Sherlock.
11.20 - Llamo al primer número (un tío muy majete, por cierto). Le cuento mi problema y me dice que le llame en 10 minutos y entonces me dará otro número de teléfono.
11.22 - Llamo al segundo número y hablo con una ¿secretaria? ¿recepcionista? Le cuento lo que necesito, me mantiene un rato en espera y me pide que le deje un teléfono de contacto, que ya me llaman ellos porque no está la persona con quien debo hablar (se habrá ido a desayunar). Pues vale, a ver si es cierto. Como aún no me sé el teléfono de la empresa y no tengo las tarjetas a mano, le doy el personal. Verás tú como me llamen mientras hablo por el otro teléfono y la liemos.
11.24 - Decido ir en busca de una de mis tarjetas, que por algún sitio tienen que estar, para no tener que dar otra vez el teléfono personal.
11.25 - Llamo al tercer número. Esta vez sí me pasan con alguien útil, le hago las preguntas de rigor y consigo cosas bastante interesantes. Lamentablemente, el estupendo smartphone de empresa tiene una calidad terrible en el manos libres, así que desisto de grabar y acabo trabajando a la antigua usanza: boli Bic cristal (que escribe normal) y cuaderno de cuadros. Esto hay que pasarlo rápido a limpio o tendré que hacer una cuarta llamada a un criptógrafo.
11.34 - Llamo de nuevo al primer número, que me pasa un cuarto teléfono. Llamo a ese cuarto teléfono y me contesta una máquina de esas que te dan opciones. Como no me vale ninguna, me callo como una perra hasta que tengan a bien pasarme con un ser humano. Después de dos momentos musicales con algo que podría ser una especie rock extraño demasiado ñoño y demasiado melódico para un viernes a estas horas (con mis escasos conocimientos musicales, es la mejor descripción que puedo dar), consigo hablar con una persona, de sexo masculino para más señas. Vamos bien, porque mi objetivo es hablar con una persona de sexo masculino; la única pega es que no es ésta la persona de sexo masculino a quien debo preguntar. El amable caballero que ha cogido el teléfono pregunta por la persona con quien debo hablar pero tampoco está disponible en ese momento (otro que se ha ido a desayunar). Me piden un número de contacto y, esta vez sí, tengo a mano mi número "profesional".
12.00 - Me canso de esperar y me voy a la ducha, no sin llevarme los dos teléfonos al baño. A ver si invocar la 'Ley de Murphy' surte efecto.
12.20 - Invocar la 'Ley de Murphy' no surte efecto. Vamos a probar otra vía.
12.25 - Llamo de nuevo al primer contacto y le cuento la situación. Sí, ya sé que eso de chivarse está mal y no lo he hecho en 26 años y pico de vida que tengo, pero ahora lo necesito. Me dice que vuelva a llamar, que diga que voy de su parte y que le diga que tengo prisa porque tengo que terminar ya.
12.30 - Llamo otra vez al lugar de la centralita con la música rara. Paso otra vez por el proceso de la centralita, por los minutos musicales y por el chico que coge el teléfono. Y más minutos musicales.
12.36 - Cuelgo el teléfono después de hablar con el tipo con quien tendría que haber hablado en primer lugar. ¿Tanta pereza da mantener una conversación de cinco minutos para responder a cuatro preguntas?
12.38 - Llamo otra vez al primero (pobre hombre, tiene que estar hasta las pelotas de mí) para decirle que ya he podido hablar con el susodicho y darle las gracias. También decido que a los primeros que me han pedido el número les van a dar por saco y que, aunque la BBC diga que hay consultar tres fuentes, con que dos me cojan el teléfono ya tengo de sobra.
12.40 - Termino este post, me adecento (no puedo ir a trabajar con pantalón de pijama, aunque me gustaría) y me dirijo hacia la cocina, que para llegar a mi hora tengo que comer con horario alemán.
Y se te ha olvidado poner que eso es en tus ratos libres, ¿no? Antes de ir a trabajar. Pues que la gente se imagine cómo será al llegar a la redacción...
ResponderEliminarBueno, más que en un rato libre fue un día que hice novillos en la piscina porque no me quedaba más remedio si quería presentar algo decente el fin de semana. Lo que hago en la redacción es mejor no minutarlo.
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