El proceso de independencia está durando más de la cuenta. O más de que lo preveían mis cuentas. Hay un factor que no vi venir: mis padres. ¿Síndrome del nido vacío? No, que son cabezones como ellos solos y me están volviendo loca.
Aún lejos de ver el fin de la mudanza, aquí van mis consejos para independizarte sin acabar en las urgencias psiquiátricas:
1.- No te organices. Al final siempre llegará algo o alguien que fastidiará tu planificación. ¿Para qué molestarte en perder tiempo planificando si luego acabarás haciendo lo mismo que si no lo hubieras hecho? Mi trabajo funciona con esta misma premisa y al final no nos ha ido tan... da igual.
2.- Emborráchate. Si no te toca conducir para llevar cosas, tómate un lingotazo antes de empezar, así te dará igual todo. Así de paso contribuyes a vaciar el mueble bar y tienes menos cosas que llevarte. ¡Son todo ventajas! Hay tantas cosas que pueden salir mal en una mudanza que ya va siendo hora de que asumas que van a salir mal, por lo menos, la mitad. También es aconsejable beber antes de entrar en Ikea (esa trampa mortal), sobre todo si vas acompañado de alguien que no va a vivir en la nueva casa pero irremediablemente va a opinar como si le fuera la vida en ello (en efecto, estoy hablando de mi madre).
3.- No filtres. Llega un momento en que tu cerebro no distingue lo que quieres/debes llevarte de lo que debes dejar o tirar. Lo más fácil es no hacer filtro. Tira todo lo que no tenga un uso determinado (como la propaganda del chino de la esquina, que ya no vas a vivir más en ese barrio) y el resto, a la caja. Ya harás filtro cuando lo estés colocando y se te haya pasado la enajenación mental. También puedes recurrir al consejo 2 para hacer la fase de empaquetado más llevadera.
4.- Rechaza todas las proposiciones de ayuda que no incluyan un coche grande o una furgoneta. Más personas que transportar son más trayectos para llevar las mismas cosas. Se trata de hacer que sea rápido e indoloro, no lento y doloroso. Aunque inevitablemente acabará siendo lento y doloroso y lo sabes. Vuelvo a remitirte, querido lector, al consejo 2.
5.- Tapones para los oídos. Tú póntelos y asiente a todo, que ya harás lo que te dé la gana cuando te instales y tengas que enfrentarte a las cajas.
No había leído el post hasta ahora pero es muuuuuuy bueno. Me encanta el lingotazo.
ResponderEliminarEs que hice un poquito de trampa: es un borrador que se había quedado atascado y lo publiqué con la fecha de edición. Ya actualizaré "de verdad".
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