Soy consciente de que, desde hace un tiempo, he tenido el blog más que abandonado. Las circunstancias no han acompañado y no me apetecía nada nada nada ponerme a escribir en mis ratos libres. Tras una época no muy buena, las cosas (algunas cosas) por fin han cambiado a mejor, por lo que estoy haciendo todo lo posible por recuperar todo lo que tenía antes (al menos, todo lo que se pueda recuperar a estas alturas).
Hoy me he reafirmado en la opinión de que el hecho de que las cosas vayan mal no es excusa para no dar lo mejor de ti mismo, y de que siempre habrá un sitio donde se te quiere y se te aprecia; de que depende de nosotros mismos y de nuestra actitud la huella que dejemos al cruzarnos con otras personas.
Y mejor lo voy dejando ya, porque ni es mi estilo, ni es mi tono, ni es a lo que os tengo acostumbrados ni son horas. Sobre todo no son horas (y lo subrayo por si no ha quedado claro). Simplemente sentía la necesidad de 'soltar' todo el batiburrillo de sensaciones que me ha desbordado (desventajas de ser emocionalmente simple) antes de irme a dormir.
Lo terrible de los miserables es que no sólo te putean en lo suyo sino que además te roban la ilusión para todo lo demás, así que cuesta más salir de su mierda. Pero ya estás fuera y te toca disfrutar y ser valorada. Felicidades y bienvenida de nuevo.
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ResponderEliminarTendemos a sucumbir ante lo que creemos relevante cuando lo más importante somos nosotros. ¡Deseando volver a leerte! Ánimo con esta nueva etapa
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