viernes, 27 de mayo de 2011

Jornada intensa (que no intensiva)

Pensaba escribir algo sobre la noche electoral y sus secuelas, que aún coelan (y van a colear mucho tiempo) pero ayer me pasó algo inexplicable.

La siguiente conversación tuvo lugar ayer, a una hora indeterminada entre las 21.00 y las 22.00:

ErJaime - ¿Y cómo es que al final has salido pronto?
Laura - Eh.. esto... eh... mmm... No lo sé.

Sí, el hecho inexplicable es que salí pronto de trabajar. Y es que no lo sé y sigo sin saberlo y sin encontrarle una explicación racional.

Y ahora, la historia

Antecedentes: normalmente, los jueves son un día muy complicado en mi trabajo, porque es cuando cerramos la edición de todo el fin de semana, que lleva muchísimas páginas. Algunas veces, hasta me quedo sin la posibilidad de volver a casa en transporte público y tiene que ir mi padre a buscarme, para que os hagáis una idea. Además, este jueves en concreto quería salir pronto para tener un poco de vida después del trabajo (es decir, salir a tomar algo con mis antiguos compañeros de la EOI).

La mañana empezó prometiendo: tenía que entrar unas dos horas y media antes de lo normal para hacer una entrevista. Al final me dormí y perdí un autobús, así que llegué 25 minutos más tarde de la hora a la que había quedado con el fotógrafo.

Nada más llegar, tenían una sorpresa preparada para mí:

Alguien - Mxxxx (jefa maja) está enferma
Laura - ¡¿Qué?!

No es que no me lo creyera, porque el día anterior la pobre parecía un zombi y no hacía más que estornudar y toser, es que precisamente un jueves (un jueves que quiero salir antes, matizo) sin ella puede ser el horror, porque es la que organiza todo.

Con la mala noticia debajo del brazo, me fui con el fotógrafo a hacer el reportaje. Segunda del día: no es para esa edición. Bien, me estás diciendo que voy a perder dos horas de mi vida haciendo una entrevista (a un tío muy majete, eso sí) para un reportaje que no va a salir en esa edición. Bien. Dos horas que, dadas las circunstancias, aprovecharía muchísimo mejor en la redacción sacando páginas.

Laura - Bueno, pero al menos tendremos planillo ¿no?
Fotógrafo - Lo estaba haciendo el jefe. Me lo he encontrado pintando cuando he llegado.
Laura - ¿A cuántas páginas vamos?
Fotógrafo - Ni idea.

Al volver a la redacción me enteré a cuántas páginas íbamos: cuarenta. Vale, ésta es la situación: nos falta la persona que organiza y somos tres redactores para cuarenta páginas. Y yo tengo que salir antes... Estoy jodida. En un ataque de pánico, me pongo a mandar emails a los compañeros de la EOI para avisarles de la catástrofe y a Gamab, simplemente para informar porque lo hacemos siempre. Sí, soy de ese tipo de persona que manda mails desde el trabajo contando cosas como "pues hoy se nos ha acabado el tóner y me ha tocado cambiarlo a mí, como siempre". También soy de ese tipo de persona a quien siempre se le acaban los folios y el tóner.

Pues nada, voy a ver cuántas páginas tengo en el planillo y a hacer reparto de temas por secciones. Pero antes, dos preguntillas al jefe:
  • Pregunta 1
    Laura - ¿De qué va el reportaje? (para no repetir en la sección Actualidad)
    Jefe - No lo sé, aún no lo he decidido.
  • Pregunta 2
    Laura - Oye, esta sección ya no existe, la quitamos hace tiempo.
    Jefe - Que no, que va siempre.
    Laura - Qué va, se quitó para darle páginas a Actualidad.
    Jefe - Que no, que siempre llevamos una página con noticias curiosas.
    Laura - Pues vale.
    Total, esa página me iba a caer a mí de una manera u otra, así que me ahorro la discusión, que no estamos para perder tiempo. Por cierto, la sección en cuestión se eliminó en enero o febrero precisamente porque este jefe no le veía ninguna utilidad.
Hago la organización de temas, mi jefe elige un tema para el repor, y me pongo a sacar páginas. En un momento indterminado entre estos sucesos, mi jefe desaparece (momento indeterminado porque me di cuenta cuando ya no estaba). Sólo sé que, alrededor de las cuatro, cuando me llamó Gamab, aún no había vuelto y todavía tardo un buen rato. La tensión crece, porque no es el momento más apropiado para desaparecer. Decido intentar ignorarlo en la medida de lo posible (no sin el correspondiente berrinche) y sigo a lo mío.

De pronto, y sin saber cómo ni por qué, ya llevaba dos páginas. Un rato después fueron cuatro. A las siete de la tarde, ya había sacado las seis páginas que me correspondían. ¿Cómo? Ni yo misma lo sé. Ahora falta lo más difícil, que me dejen irme. Aún me queda una página por corregir y están todos ocupados. Bueno, si se lo digo a mi compi me hace un hueco, que parece que aún está organizándose la página.

Laura - Axxx, miráme esta página, porfa, que ya es la última.
A - Vale, bonita.

Unos segundos después, cuando ya he vuelto a mi mesa, mi compañera coge la página, la mira, me mira y, con todo el mundo delante (dueño de la empresa incluido), levanta el volumen de la voz y dice:

A - Lauri, entonces, te reviso esta página porque tú hoy tienes que salir pronto, ¿verdad?

¿Es o no es un sol? Le voy a poner un monumento en la rotonda que hay enfrente del trabajo.

6 comentarios:

  1. ¡¡Ooohhhh!! Pues oye, a ver si se da así más veces y sales a tu hora normal.

    ResponderEliminar
  2. @Patri: aún así salí más tarde de mi hora normal pero al menos salí a la hora que necesitaba (incluso un pelín más pronto, porque llegué la primera al lugar de encuentro).

    @Hell's Tea: con compañeras así da gusto.

    ResponderEliminar
  3. ya se la devolverás más adelante, que estas cosas no son gratis :P (al menos si quieres que siga siendo maja durante más tiempo)

    ResponderEliminar
  4. No hace falta, solemos ayudarnos bastante.

    ResponderEliminar
  5. Así da gusto, cuando tienes algún compañero majo... El problema es que no en todos los sitios hay gente así... Besitos!!

    ResponderEliminar

Opinar es gratis