martes, 17 de abril de 2012

Mal karma

Hay días que no... y no. Es lo que un compañero llama "mal karma". Y hoy ha sido un día con mal karma para dar y repartir: documentos públicos que no aparecen, cosas que se quedan olvidadas en casa, noticias que se pierden... y Cristina Fernández, la mujer recauchutada, liándola con YPF para disgusto de los periodistas que en ese momento estábamos trabajando.

Intenta manejar la oleada de teletipos mientras sigues el resto de las noticias sin que se te pase ninguna (por ejemplo, que manden a declarar a una exministra en un caso de corruptelas chungas) y ya de paso te haces una noticia ligerita para la edición de mañana. Lo mejor de todo es que la persona que se encarga de las noticias de energía y que lleva estas cosas al día está de crucero por el Caribe.

Si alguien tenía que darme una mala noticia y llevaba tiempo postponiéndolo, hoy hubiera sido un buen día, sobre todo cuando nos hemos enterado de que los señores ministros han decidido declarar a las 21.40. Para qué van a hacerlo a las 21.00, si han tenido cuatro días desde Cristinita, como la llama uno de mis jefes, dio el aviso. Ah, no, que si lo hacen a esa hora les pueden hacer una conexión en directo en el telediario.

Compañero - Joder, las 21.40, qué hora más rara.
Laura - No van a salir a esa hora [ante todo, realista]. Entre que van de un sitio a otro, se preparan y demás, a menos cuarto aún no habremos sabido nada.

Dicho y hecho: a menos cuarto aún no había empezado aquello.


Yo ya no pido que seamos puntuales. Sé que estamos en España y que hay una fuerza sobrenatural que nos empuja en el tiempo para que hagamos todo tarde. Sé por mis fuentes que esa fuerza existe en otros países de clima parecido, como Grecia, así que no soy quien para pedir a nadie que luche contra la naturaleza. Lo único que pido es un poco de consideración a la hora de convocar. O que, si convocas algo a las tantas, sea para decir algo, no para repetir lo mismo que dijo el ministro de tal hace unos días o el político de turno esta mañana. En estos momentos me acuerdo de mi antigua jefa maja y de una de sus grandes frases: "si supiéramos poner voces, podríamos hacer nosotros mismos las declaraciones de los políticos y no tendríamos que hablar con ellos para hacer las crónicas".

Descargada mi frustración contra el mal karma (para eso tengo blog), me voy a dormir.

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