martes, 22 de diciembre de 2009

Clásicos navideños (vol. I): lotería de Navidad

No, no me ha tocado nada en el sorteo de la lotería, aunque un 5º premio (mira que pido poquito) me hubiera solucionado las navidades y parte del mes de enero. Es lo que tiene llevar un montón de tiempo en paro y no tener ni para el abono transporte (que dejen ya de subirlo, por favor), que cualquier cosa te hace el apaño.

Patri ya publicó en su blog unas cuantas historias de la lotería pero yo no quería hablar de estas anécdotas, sino de las situaciones absurdas derivadas de la adquisición de décimos y participaciones. Todos llevamos décimos a medias con alguien, participaciones de las que nosequién ha hecho para la asociación de nosecuantos, décimos del número de toda la vida (que nunca toca) para cambiar...

Pero mis favoritas, sin duda, son las participaciones de dos céntimos y cantidades similares que te regalan en la peluquería, en el mercado, en la pollería o en la droguería de la esquina. Mi tía y mi prima son aficionadas al coleccionismo de estas cosas y, todos los años, se juntan con una cantidad ingente de ellas. Bueno, también acumulan una cantidad ingente de décimos y de participaciones normales, pero eso es porque en esa rama de la familia tenemos cierta predisposición al juego. Ya hablaré otro día de esa anomalía genética y de cómo se manifiesta en cada uno de los miembros de mi familia, desde los juegos de azar hasta los videojuegos.

También tenemos a mi abuela, que todos los días nos amenaza con morirse (pero bien que se toma las pastillas) y todos los años se enfada cuando no le toca nada en la lotería de Navidad. ¿Para que lo quiere si dice que se va a morir? Si me deja herencia, yo encantada de que le toque, oyes. Como es teleadicta, se traga en directo todas las celebraciones en todos los lugares de España y mira a los agraciados con odio visceral. Menos mal que la tele es unidireccional, porque las señoras de 89 años con bastón que te miran mal acojonan mucho.

Y, ahora que hablamos de loterías, mi madre ya tendría que haber vuelto a casa y han caído muchos premios en Madrid. ¿Se habrá fugado a Uruguay?

6 comentarios:

  1. Yo este año estoy tan pelada que no he comprado, y me arrepiento infinito porque igual hasta había tocado algo. Una pedrea, aunque fuera... Nada, a seguir pobres.

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  2. Yo me voy a hacer del Euromillones. Probé por primera vez la semana pasada con una apuesta simple y saqué 10€ y pico (a repartir con Gamab, que hace mucho que no comenta por aquí, ejem ejem).

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  3. “Paco, enciende ya la tele
    que va a empezar el sorteo”.
    (A ver si tenemos suerte
    y te mando poco lejos)”.

    “Aquí tengo los billetes
    que compramos en Febrero
    cuando fuimos a Albacete
    a ver a tu primo Pedro”

    “¡Calla! que ruedan los bombos.
    Mira que niña más linda
    ésta de San Ildefonso.
    ¡Ay, que cara más bonita”…

    Dos o tres horas después
    han salido ya los premios
    y Francisco y su mujer
    tienen el rostro más serio.

    “Mira que lacia la niña”

    “¡Anda que no eres malaje!”

    “Una pedrea, chiquilla.
    ¡Cántamela, por tu madre!”

    “Ya no compro lotería
    que siempre toca a los mismos”

    “Y ahora a aguantar todo el día
    a los tontos nuevos ricos
    celebrando con Champán
    y pegando muchos gritos…”

    ¡Apaga la tele ya
    y vete a comprar el ‘Niño’!”.

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  4. Muy chulo, miralarima.

    Laura, me has descubierto un mundo nuevo, no sabía que existían participaciones de dos céntimos ni nada de eso. ¡Eso no ha llegado hasta aquí! Con la tendencia al vicio que yo tengo, seguro que también me haría coleccionista.

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  5. Lo de las participaciones de precios ínfimos me hace gracia y también lío... Si me entero poco con los décimos, las participaciones y los recargos que algunas llevan. ¡No puedo pensar cuánto me toca con una participación de 0,20€ que me han regalado en la ferretería!

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  6. Tu madre ha venido a verme a Uruguay, es una mujer previsora.

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