miércoles, 6 de octubre de 2010

Frustración

En teoría, este post se iba a titular "El contrato" y, en teoría, iba a ir sobre burocracia y sobre la manera absurda en que la empresa ha gestionado los contratos y ha pagado las nóminas. Hasta tenía un final feliz en el que todo cuadraba y todos nos íbamos a casa con nuestros contratos y nuestros sueldos. Pero sólo en teoría, porque cuando he salido de trabajar y me he sentado en el autobús era la viva imagen de la frustración.

No tengo por costumbre hacer post serios, soy más de cosas absurdas. Lo cierto es que el día había empezado un tanto absurdo, incluyendo un alcalde serrano (serrano de sierra, que en este caso el adjetivo tiene poco que ver con el físico del susodicho regidor) trajeado con un tajo de cuchilla de afeitar mal (pero muy mal) disimulado en un acto de ¿presentación? (por llamarlo de alguna manera) improvisado a última hora y con prisas. También había un abono extraño en mi cuenta corriente (en este caso "abono" podría estar relacionado con el significado menos agradable de la palabra, porque la cantidad era una auténtica mierda). Luego ha venido un señor empresario un tanto rural con los ansiados contratos y la cantidad que faltaba del abono bancario (¿a qué ahora véis la palabra "abono" con otros ojos?) y todo ha tenido un final feliz.

Entonces, ¿qué ha pasado en ese intervalo de tiempo entre la firma del contrato y la llegada al autobús? He llegado a la conclusión de que la frustración es como cuando incubas un virus, que tú estás tan estupendamente y de pronto te ves mareado y de rodillas ante el wáter de tu casa. Bueno, no siempre, a veces no te da tiempo a llegar al excusado o no estás en casa. Pues a mí me ha pasado algo así. De pronto, mientras escribía el texto correspondiente sobre el alcalde con tajo de afeitado en la cara en un acto montado así de cualquier manera, me he bloqueado y he empezado a sentir una especie de dolorcillo de cabeza. Aunque he tardado un webo en terminar la página en cuestión, he conseguido terminar todas mis tareas a una hora prudente pero últimamente siempre ocurre algo que me obliga a estar más tiempo en el trabajo y hoy no iba a ser una excepción. Conclusión: he salido del trabajo a las 19:20, cuando se supone que mi jornada termina a las 17:00.

Cuando he salido, he pensado en mi escueta nómina, he recordado las condiciones del contrato y he sido consciente de la hora que era al llamar a mi casa para decir que ya salía de allí, me he venido abajo. La generación mejor formada de España se está pudriendo en trabajos de mierda muy por debajo de sus posibilidades y en las colas de lo que antes se llamaba Inem. Ejemplo, yo misma: dos licenciaturas (vale que no son física y ciencias exactas pero son dos), cuatro años de experiencia, inglés (B1), alemán (B2) y ruso (A2, después de haber pasado el A1 con un 94% de aciertos). Nuestro paro subió un 6% en septiembre, mientras que el de los "adultos" sólo subió un 0,6%. Con este panorama es difícil sentirse gratificado, no es por nada. En todo esto iba pensando mientras miraba a través de mi reflejo en un autobús casi vacío.

Y así, niños, es como funciona la frustración. Otro día explicaré el autoengaño (cuando tenga un ejemplo que venga a cuento).

14 comentarios:

  1. Gran post. Tienes demasiada razón. Mucho ánimo.

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  2. Gracias por el ánimo pero reconozco que ese "demasiada razón" me ha dado miedito :S

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  3. Es tan fácil caer en la frustración (vale un segundo) y tan difícil salir de ella (bufff...) Ánimo...

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  4. ¡Bienvenida a la vida laboral "plena"!

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  5. Por desgracia, no eres la única: http://www.elpais.com/articulo/espana/firmaba/baja/habia/contrato/elpepuesp/20101007elpepinac_12/Tes

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  6. @Patri: ya te lo dije anoche pero me gustó mucho tu momento filosófico.

    @ErJaime: esto... ¿gracias?

    @Irene: a mí me dejaron claro que iba a estar de semi-becaria pero con un contrato de media jornada en vez de un contrato de prácticas. En ese sentido no me siento engañada, me siento frustrada porque esto es lo mejor que he podido conseguir en dos años.

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  7. Qué te voy a decir... ánimo, compañera, nada es para siempre.

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  8. He de decirte que el problema no se extiende solo a tu generación. Yo paso de los cuarenta, tengo una carrera, un máster, cuatro años de estudios en una universidad alemana, inglés y alemán, más quince años de experiencia laboral y podría hablarte durante horas de la frustración - la que supone que te dejen en el paro y que lo mejor que hayas encontrado después de año y medio sea un contrato con condiciones eso, de becario esclavo... Ni tu generación ni la mía se merece lo que nos está pasando. Un abrazo solidario, mucha fuerza y decirte que me ha encantado eso de que la frustración se incuba, como un virus.

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  9. ¡Gracias! Al final parece que entre todas hemos creado un grupo de terapia bloguera XD

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  10. Solamente animarte porque con tu formación en algún momento tendras "tu oportunidad".

    A los que no supimos aprovechar nuestras posibilidades, solo nos queda sumar a la frustración la resignación

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  11. A ver si esa "oportunidad" llega. Creo que somos demasiados y que no hay oportunidades para todos.

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  12. Hola, soy MrBlogger y estoy frustado...

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  13. Mi frustración viene a la hora de encontrar trabajo. Me quieren por mi currículum, pero luego no quieren ni verme. Una empresa pidió usar mi currículum para poder presentar un proyecto suyo a unas subvenciones (si las reciben me contratarán, se supone) y me dijeron que si quería conocer la empresa que me pasara por allí y tal. El que supuestamente me iba enseñar aquello y a detallarme el proyecto no se presentó. No han vuelto a llamarme XD

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