viernes, 29 de julio de 2011

Vacaciones indefinidas

No hago más que ver por ahí a gente contenta y feliz porque se va ya de vacaciones. Yo no iba a ser menos, pero de otra manera, porque hoy, oficialmente, mi contrato queda rescindido. Ayer fue mi último día de trabajo por cierre de la empresa. Otra que se va al garete, yo no sé cómo con el ojo que tengo para estas cosas luego no soy capaz de acertar ni el reintegro de la Bonoloto. El medio para el que he trabajado este tiempo seguirá existiendo, pero en unas condiciones en las que no es humano seguir. Empezando por el sueldo, que es más bajo que el que tenía en mis tiempos de becaria, así que el medio se va a otra empresa pero yo no.

Ayer ya me dieron todos los papeles correspondientes y me tocó explicarles a mis jefes la decisión. El jefe del termostato roto y el subtexto no lo entendió y sólo le faltó echarme la bronca por rechazar la generosísima oferta que me estaban haciendo. Menos mal que él sólo escuchaba y con quien realmente iba a hablar era con el dueño de la empresa. De buena gana hubiera preguntado si él estaría dipuesto a cruzarse toda la Comunidad de Madrid en transporte público en las mismas condiciones, a ver qué cara ponía (sobre todo al pensar en hacer un viaje en transporte público). Por más que se lo explicaba, no parecía muy dispuesto a escuchar mis razones y al final fue el otro jefe el que le mandó callar y le explicó otra vez lo mismo que yo le había dicho (o intentado decir). Menos mal que había alguien razonable delante. El otro no se lo tomó mal: se distanció psicológicamente de la conversación y volvió a su cometido de sólo escuchar.

Luego procedí a recoger mis trastos y meterlos en una bolsa para llevarlos a casa. Bueno, en realidad no había mucha cosa que llevarse: un boli azul cutre que robé en algún sitio, una botella de cristal y un calendario hortera de conejitos con el teléfono de un restaurante chino. Viendo el contenido de la bolsa, da qué pensar. Concretamente, que soy cutre hasta para tener posesiones, porque lo normal es tener al menos una agenda y algo que alegre un poco el entorno de trabajo. No sé, algo como un cactus, una taza o un pongo. Eso sí, el cuaderno se quedó allí, que sólo le quedaban tres hojas. Dos ruedas de prensa más con mi manía de apuntarlo todo y no me hubiera durado el tiempo necesario.

El lunes iré a hacerme unos análisis de sangre (me van a vaciar con tanta extracción) y a la oficina de empleo. Con un poco de suerte, sacaré material para un post de burocracia o de hospitales, que dejar la oficina que se inunda y que se queda sin luz no significa quedarse sin temas literarios.

9 comentarios:

  1. Acuérdate de tu aventura de la agenda cuando eras becaria.
    Mirándolo por el lado bueno (si es que lo tiene), ahora este blog vuelve a tener su nombre original. Esperemos que por poco tiempo.

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  2. yo no lo veo igual. Un par de ruedas de prensa y te hubieras llevado una libreta practicamente nueva a casa...

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  3. Para eso primero tendrían que haber quedado cuadernos nuevos en el almacén.

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  4. Burocracia ya! Burocracia ya! Que yo estoy evitando la oficina del INEM (quieren incluirme en un programa de recualificación profesional, échale cojones, imagino que me pondrán a estudiar Medicina, porque si no...) y estoy ávida de anécdotas burocráticas.

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  5. Cuando me tuve que mudar de Mkroom al zulo (que aquello ya no era ni una sombra de lo que Mkroom era) lo que más me costó recoger fue el cajón-despensa XDDDD

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  6. @Hell's Tea: al final hubo poquita burocracia. Sólo perdí hora y veinte de mi vida sentada en una silla de plástico, que da poco juego para un post. Y lo que te quiere hacer el señor INEM es raro, a saber con qué te quieren recualificar.

    @Ruth: al menos tenías cosas que recoger.

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  7. Pues nada, ánimo. Yo también tenía esa sensación de que lo que tocaba se hacía mierda. No estás gafada. España está hecha mierda, y es difícil mantenerse con principios en un entorno laboral que pretende cada vez más la renuncia de cualquier resquicio de dignidad por parte de los profesionales. Just keep swimming.
    ;)

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  8. @La mujer del médico: parecerá una tontería, pero gracias a tu comentario y a otros muchos similares me siento muchísimo mejor. La decisión de rechazar un trabajo (sobre todo viendo cómo están las cosas) es muy difícil pero hay que saber dónde poner los límites.

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  9. Pues vaya :(((( Yo viendo el panorama general debería estar contenta. Siento tu vuelta al INEM. Para que luego digan que si estudias tienes empleo, que se lo digan a tantos como tú. Ánimo Laurita.

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