viernes, 1 de octubre de 2010

Cuadrando horarios (vol. II): burocracia piscinera

Como instituciones públicas que son, las piscinas municipales también tienen sus detalles burocráticos absurdos. De hecho, ahora mismo me veo envuelta en un proceso burocrático que no sé ni cómo ni cuando llegará a su fin.

El tema es que, con mi nuevo medio-trabajo, no puedo ir a la piscina en el horario que he tenido durante los últimos 9 años, de 17:00 a 17:45, puesto que salgo como muy pronto a las 17:00 y no precisamente cerca de la piscina. A primeros de septiembre pensé ingenuamente que esta gente era algo organizada y quería tener los grupos hechos antes de que empezaran las clases en octubre. Y fui a pedir el cambio. Como ya lo conté y no me apetece repetirme, haré un breve resumen: fui, no había nadie, una señora muy maja llamada Maite me hizo el favor de resolverme el problema y me dijo que volviera el 1 de octubre. La historia completa (para quien esté muy aburrido y quiera leerla) está en este post.

Ayer le pedí un justificante a mi jefa para poder hacer el cambio hoy, 1 de octubre, que es la fecha que me dijo Maite. Como la otra vez no tenían muy claro si el cambio era en administración del Patronato Municipal de Deportes o en administración de la piscina, he llamado por teléfono antes y así me ahorro cruzar toda Fuenlabrada. Si algo he aprendido con tanta burocracia es a evitar las rutas turísticas nos guiadas de una ventanilla a otra y los viajes inútiles.

He buscado el número del PMD en la web del Ayuntamiento (ojalá las de los ayuntamientos de la sierra estuvieran la mitad de organizadas; algún día las analizaré) y he llamado. Me ha salido el típico contestador de "Ha llamado a" y "para hablar con xxxx pulse 1". Allí me han dicho que si es con justificante se puede hacer el cambio pero que tendría que ser en la piscina y me han dado el teléfono de la piscina. De hecho, me han dado el número dos veces, porque la amable señorita que me ha atendido me lo ha dado mal. Se nota que acaban de volver de vacaciones, porque aún no estaba quemada.

He llamado a la piscina y no me lo han cogido. Por si acaso, he repetido la operación marcar-llamar dos veces pero el resultado ha sido el mismo. Hummm, qué extraño: en la web aparecen dos números de teléfono de la piscina municipal. Vamos a probar con el segundo a ver si... Sí, me lo han cogido ¡bieeeeen!

¿Qué pensabáis, que iba a ser todo tan sencillo? Pues no. Vamos primero con la parte buena: como tengo justificante, me dejan pedir el cambio. Ahora vamos con la parte tonta: las clases empiezan la semana que viene y administración debería abrir el día 6 pero no lo van a hacer, porque van a abrir el día 13. Han decidido que tienen mucho trabajo y por eso van a abrir más tarde. No sé yo qué lógica habrán seguido para llegar a esa conclusión pero aún tengo que esperar casi dos semanas para pedir el cambio. Ahora bien, yo sólo puedo ir los viernes y mi madre no está muy por la labor de hacerme recados, aunque siempre es la primera en pedírmelos. Bueno, pues esta vez se tendrá que aguantar y hacerme el favorcillo de ir el día 13 por la tarde a pedir el cambio de horario con el justificante que me ha dado mi jefa. No sé si, ya de paso, decirle que el curso pasado perdí el carnet y darle también una foto para que me den el carnet nuevo.

Lo malo no es que tarden dos semanas en decirme si me dan el cambio o no, es que, en caso de que no me dejen cambiarme, a mediados de octubre ya es demasiado tarde para meterme en otra piscina o en un gimnasio y tendría que esperar a noviembre para empezar cualquier otra actividad física controlada. Teniendo en cuenta que desde que me hostié en el metro, allá por febrero, apenas he hecho ejercicio, os podéis imaginar como está mi pobre espalda. Aunque bueno, leí el otro día que John F. Kennedy también tenía dolores de espalda e iba todo el día ciego de calmantes y miradle, llegó a presidente de Estados Unidos (aunque luego se lo cargaron y ahora su hija es la señora de Schwarzenegger). Además del problema de salud están los temas estéticos porque, como diría mi amiga Hell's Tea, se me está poniendo el culo en panavisión.

10 comentarios:

  1. Coño, teniendo el gimnasio frente al curre a menos de 15m no tienes excusa para no mover tu cuerpo serrano.

    Por cierto, que yo voy a dicho gimnasio, asi que cualquier dia nos vemos sin saberlo. je je

    ResponderEliminar
  2. Pues no te creas, que también lo he pensando, pero piscológicamente no es lo mismo llegar a casa y cambiarse para ir al gimnasio que ir al gimnasio desde el trabajo y luego chuparse dos horas de transporte público, aunque el resultado sea el mismo.

    ResponderEliminar
  3. efectivamente.

    Cuando llegues a casa, con la pereza no te daran ganas de ir a ningún sitio y la mitad de los dias fallaras. De la otra forma, es como meterlo en la rutina de trabajo.

    ResponderEliminar
  4. El problema de un culo panavision, es que se pueden terminar con cuernos en 3D.

    ResponderEliminar
  5. @llama_82: yo más bien me lo había planteado al revés, que el transporte público a partir de ciertas horas funciona bastante mal.

    @Gamab: tú cállate, que te estás poniendo en scope ¬¬

    ResponderEliminar
  6. El transporte de Villalba suele funcionar bastante bien. No se que tal estará luego cuando te toque enlazar con el sur.

    ResponderEliminar
  7. Lo del culo en panavision no tiene precio.

    ResponderEliminar
  8. @Patri: la frase la he cogido prestada. Espero que sea Creative Commons.

    ResponderEliminar
  9. Pasa de burocracias y cuélate en la pisci. Total, una persona más o menos en una calle tampoco makes a great difference, no?

    En otro orden de cosas... ¿cómo que Creative Commons? ¿Crees que soy el Spaceman ése? Te viá crují cuando te vea.

    ResponderEliminar
  10. Apoyo la moción de hell's Tea. Llevan 9 años viéndote entrar, ya eres casi de la familia.

    ResponderEliminar

Opinar es gratis