lunes, 31 de agosto de 2009

El porqué de las cosas

Podría actualizar con nuevos sucesos sobre la letra B, las bodas y las bragas pero Blanca me ha acusado esta mañana de tener manía persecutoria. Antes de sumar la manía persecutoria a otros trastornos y dar motivos a mis amigos y familiares para internarme en un psiquiátrico, prefiero buscar temas nuevos.

Desde que tengo memoria, me han dicho que soy un poco torpe. Ya sabéis, la típica persona que siempre tropieza con el azulejo suelto por la calle, se lleva una hostia con la mesa cuando llega tarde a la universidad e intenta entrar en clase sin llamar la atención y un largo etcétera de sucesos similares. Hoy, mientras deambulaba medio dormida por mi casa en busca de mi desayuno, he descubierto por qué me ocurre esto.

Da la casualidad de que tengo la altura exacta para que los picos de las mesas bajas y las sillas me pillen a la altura de la rodilla (con el moratón correspondiente); las mesas normales, a la altura del culete; las puertas del armario de la cocina, a la altura de la frente y los tiradores de las puertas, a la altura del codo (ahí, donde más duele).

Aún tengo que encontrar una explicación a por qué siempre me tropiezo con el pico del edredón. Estoy segura de que existe alguna.

9 comentarios:

  1. Por que queda a la altura de algo, supongo. Si fueras alta te quejarías porque te darías en la cabeza por todos lados, si fueras más baja que todo te llegaría a la altura de la cabeza, si fueras más...

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  2. Yo sostengo que los tiradores de las puertas cambian de altura según les parece, porque a veces maltratan a mi codo (véase el moratón que luce mi brazo derecho esta semana) y otras se me engancha en ellos una trabilla de los vaqueros.

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  3. A mí se me suelen enganchar los bolsos, no entiendo muy bien cómo. Cualquier día de estos me llevo la puerta del salón a rastras.

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  4. No le busquéis excusas a una realidad, la patosidad inherente de todas las Lauras.

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  5. Yo ayer me di en el cogote con la puerta del coche mientras salía. O sea, con la ventanilla interior de la puerta, no con el manillar donde te coges cuando el conductor va follao. ¿Cómo? No sé, porque tampoco recuerdo haberme retorcido tanto como para golpearme ahí.

    Luego te llamo, que ayer se me pasó. SORRY!!

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  6. @Blanca: llevo un rato intentando visualizarlo y aún no sé cómo pudiste darte así.

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  7. Este post atrae pocos comentarios. Al final me vais a obligar a volver a las bragas.

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  8. Es que no nos gusta verte sufrir golpeándote contra las cosas y eso. Al menos las bragas no te hacen pupas y eso (siempre que no uses bragas de esparto, de varias tallas más pequeñas, que no te las cambies en muchos días y se te suelden a la piel y luego haya que arrancarlas...)

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  9. Si este blog tuviera mención al comentario más chungo, sin duda sería para ti. Tendré que volver a los post de consejos prácticos.

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