domingo, 12 de julio de 2009

La oferta

Hace un año, mandé mi CV a una oferta de trabajo que se definía como "redactor para televisión con nivel alto de alemán". Un mes después, me llamaron para concertar una entrevista y allí que me planté.

El lugar en cuestión estaba a tomar por culo y, además, mal comunicado. El autobús que iba allí es de esos que tienen dos recorridos y, como era de esperar, cogí el que no era. Terminé en Alcobendas, por donde estuve perdida cerca de una hora buscando el autobús que me llevara de vuelta. Y no, no pasaba por la acera de enfrente, como suele ser lo normal.

Llegué allí e intenté convencer a la señora entrevistadora de que ella me había dicho a las 12:00 cuando hablamos por teléfono. Después me entrevistó en inglés (para un puesto que era en alemán) y empezó a amenazarme con las maravillas de aquel empleo, que de redactor para televisión no tenía nada.

En realidad se trataba de estar dos años con contrato de jornada completa, cobrando 800€ al mes y haciendo estudios sobre el mercado de televisión alemán y el mercado de televisión británico. Pero bueno, que no me preocupara por el horario, porque nunca salían a las 6 de la tarde, muchos días se iban a las 9 de la noche (y añadió que no quería caras largas si había que quedarse, por lo que deduje que no pensaban pagar las horas extra). Ahí ya me reboté y le dije que no me podía comprometer a estar allí dos años porque estaba pendiente de una beca en el extranjero.

Qué quieres que te diga, si te exigen que tengas una licenciatura, que domines dos idiomas y que eches horas como un esclavo, al menos que te lo paguen.

¿Y todo esto a cuento de qué viene? Pues resulta que, un año más tarde, he vuelto a recibir la misma oferta para el mismo puesto con las mismas condiciones en mi correo electrónico. No sé, pero si el puesto sigue sin cubrir no creo que sea porque los candidatos seamos demasiado exigentes.

4 comentarios:

  1. Te sorprenderías de lo exigentes que son las empresas. No te hacen currar gratis porque pasa lo mismo que el cuento del burro: que cuando por fin el tipo consigue que el burro aprenda a vivir sin comer, va y se le muere.

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  2. Es que ya te vale, querer trabajar un máximo de ocho horas diarias y cobrar dignamente. Qué te has creído?

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  3. Desde luego, a quien se le ocurre querer que le traten como a una persona en un trabajo...

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  4. Alucino. Espero no quedarme en el paro porque lo voy a llevar crudito.

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