Hoy, el día empieza muy pronto y no se sabe muy bien cuándo acaba. Cosas de los cambios horarios, que salimos de San Francisco un sábado y llegamos a Madrid un domingo.
¿Recordais mi incidente con la cena? Pues al final no fue algo malo. De hecho, a la mañana siguiente mi estómago y yo estábamos ferpectamente y los demás aún se estaban acordado de de las dos pizzas. Pues mira, eso que gano.
Nos levantamos vete tú a saber a qué hora pero aún es de noche y son menos de las 4, porque es la hora a la que nos ofrecen ir en el bus que lleva a la gente de los hoteles al aeropuerto y les decimos que es demasiado tarde. Pedimos un taxi y el recepcionista nos ameniza la espera contándonos que él y su mujer no viajan al extranjero porque a él le dan miedo los aviones y a su esposa le dan miedo los barcos. Cuando llega el taxi, vemos que lo que nos han mandado es algo parecido a nuestro Explorer sucio, pero amarillo y más pequeño, que huele raro por dentro y conducido por un señor que no sabemos si es así o es que viene de empalmada después de haberse hecho amigo del tipo de la camiseta de la selección de fúrgol de Croacia. Al igual que sucedió en Las Vegas, volvemos a temer por nuestra vida.
Llegamos al aeropuerto sanos y enteros, sacamos nuestras maletas y facturamos directamente a Madrid. Aunque nosotros tengamos que pasar por Chicago, donde cogeremos un vuelo de otra compañía (nuestra querida Iberia), nos dan esa opción en el mostrador de American Airlines. Pues casi mejor.
Nos vamos de la cola de la facturación a la cola del control de seguridad. En los cartelitos vemos que tienen activada la alerta antiterrorista naranja (pues no son exagerados ni nada). Aquí sí hay que quitarse los zapatos pero esta vez no he venido preparada con los calcetines de descalzarse en público, sino que llevo unos calcetines blancos de deporte. Pasamos el control y esperamos al embarque. Todo va bien y sin retrasos y subimos al avión a la hora prevista. En cuanto puedo reclinar el asiento, aprovecho para echar un sueñecito.
Llegamos a Chicago, salimos a la zona de los equipajes y comprobamos que no han abandonado nuestras maletas en la cinta de recogida. Después salimos, vamos al mostrador de Iberia a por las tarjetas de embarque y esperamos un buen rato a que abran los mostradores de facturación. Hechos todos los trámites, nos ponemos a la cola para el siguiente control.
Nos toca un segurata majete que sabe español pero poco. Nos dice que "los zapato directo", lo que interpretamos como "pongan los zapatos en la cinta, por favor". También nos pregunta como se dice "X-ray" en español pero lo más aproximado que conseguimos de él es "raños equis". Al final, el del restroom le dice que también se puede decir "escáner" y el tipo, ya feliz y contento, pide a todos los pasajeros que pasen por el escáner. Yo no sé lo que estará viendo esta gente en la máquina de "raños" pero nos tienen retenidos un buen rato esperando con nuestras bandejitas de plástico llenas de trastos.
Después del control, nos toca esperar muuucho tiempo. La historia de las tres horas de retraso del vuelo Chicago-Madrid ya la expliqué en otro post (bueno, en realidad hablo de ello en dos post, uno de ellos con explicación del vuelo Madrid-Berlín incluida), así que no me repito y doy la Ruta 66 por terminada. Encantada de tenerlos a todos ustedes por aquí.
Una pena, que se acabase el viaje y yo sin mis balas :'(
ResponderEliminarGracias por las crónicas, cronista oficial del futuro imperio.
Lástima que ya se acabe... ;(
ResponderEliminarOs invito un día de éstos a unas cañas a cambio de cierta información que necesito.
Tanta paz llevéis como dejáis...
@Gamab: y tanto que es una pena. A ver ahora de dónde saco contenidos :(
ResponderEliminar@S4nTy: gracias por aguantar XD. Cuando quieras te damos toda la información que quieras.
Pues yo me alegro de que se acabe, así la úlcera de estómago provocada por la envidia irá cerrando, hombre!!
ResponderEliminarLa úlcera no es por la envidia, es por tu tutora de prácticas.
ResponderEliminarTouché.
ResponderEliminarTras mi retraso en el viaje (acabo de leer en la hora de la comida desde el Día 10)termino de leer tu Ruta 66.
ResponderEliminar¡¡Qué envidiaaaa, qué envidia!! Menudo viaje, menudas vacaciones menuda experiencia.
Me han encantado tus post!!
Ahora estaré muchos meses sin viajar, porque entre unas cosas y otras me he quedado en la ruina, así que me alegro de que este viaje te haya gustado.
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