460 candidatos, 253 plazas para el máster (más 30 suplentes, porque siempre se descuelga alguno), 230 becas de prácticas. Éstas son las cifras con las que me he encontrado esta mañana, cuando un señor muy majete nos ha recibido en una sala muy grande a todos los candidatos citados a las 11:00.
El camino hasta allí ha sido accidentado: me he hecho una carrera en los pantys antes de salir de casa (sí, me he puesto falda y para rematar me he quitado el piercing de la nariz en un intento por parecer una persona seria y adulta), he perdido un tren, casi me paso de parada en el metro intentando ayudar a un señor británico (le he dado un plano de metro y que se busque él las correspondencias) y casi me pierdo pero al final he llegado sana, salva y con tiempo de sobra. He esperado un rato, hasta que han salido a llamarnos. Hemos pasado a la ya mencionada sala grande, donde nos han explicado un poco en qué consistía la entrevista y hemos entregado la documentación. Después nos hemos dividido y han llevado a cada uno a donde sería su entrevista.
Mi tribunal estaba compuesto por dos mujeres de la empresa que hace las pruebas de selección. En otros tribunales había, además, una persona del ICEX, pero no ha sido éste el caso. Parecían majas pero me han despachado rápido. Las preguntas me han parecido muy típicas: por qué esta beca, qué destinos prefieres y por qué, qué pasa si no te damos el destino que quieres (literalmente "¿qué harías si te destinan a Kazajstán?"), dónde has trabajado anteriormente, cuéntanos cosas malas y cosas buenas sobre ti... Mi teoría: eran las 11:00 del tercer día de entrevistas y ya están hartas de preguntar a todo el mundo lo mismo y de escuchar las mismas respuestas, con las variaciones correspondientes dependiendo de la formación del candidato.
Después he desayunado tranquilamente, he vuelto a casa cojeando del pie izquierdo (falta de costumbre + resbalón en las escaleras del metro = tobillo resentido), he comprado el pan, he ayudado a una vecina a cerrar la puerta del trastero, he hablado por teléfono con mi tía, he recogido un certificado del catastro para mi padre y, cuando me han dejado, he recogido mi caos de habitación, resultado de las prisas y de la búsqueda de unos pantys que no estuvieran rotos a horas en las que todavía no soy persona. Por si alguien se lo está preguntando, soy persona a partir de las 10:00; antes de esa hora, sólo soy zombie (un ente autónomo capaz de ejecutar acciones y emitir sonidos pero carente de cerebro).
No sabría decir qué tal ha salido, porque la calificación de esta fase (sí, ponen nota) no depende de mí y no es una prueba objetiva, como el psicotécnico o el examen de inglés. Habrá que esperar hasta el 2 de noviembre para saber si he pasado la entrevista y dos semanas más para saber si tengo plaza en el máster. Que digo yo, ¿para qué sirve pasar la entrevista si luego no te cogen en el máster?
Bueno, ya está hecho. Como con los otros cientos de exámenes que has hecho en tu vida (y los que te puedan quedar), ya sólo queda esperar.
ResponderEliminarBaraka!!! Viel Glück!! SUERTE!!!!
Pues nada, ya tienes post para dentro de diez días...
ResponderEliminarPues durante estos días olvídate de todo y ya sabrás el resultado. Joder, qué difícil es esta vida...
ResponderEliminar@Ruth: llevo esperando por esta gente desde julio. No me extraña que mucha gente se quede por el camino y no se presente a los exámenes, porque son unos cansinos.
ResponderEliminar@La mujer del médico: sí, si lo bueno del ICEX es que nunca me va a faltar tema para un post :P
@Patri: si yo valgo, a ver si de una puñetera vez alguien me quiere dar una oportunidad.
la verdad que la gente del ICEX vive muy bien, pero son muy tocapelotas.
ResponderEliminarEso si, de no haberte visto nunca así, aún no me imagino tu imágen con falda y demás.
Por "así" te refieres con falda, camisa, botas altas de tacón y sin el piercing de la nariz ¿verdad?
ResponderEliminarEfectivamente, con ese aspecto.
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