martes, 13 de octubre de 2009

Una de burocracia

Todo el mundo sabe que a mí me encanta la burocracia. Desde luego, no sé qué haría sin ella. Como la echaba tanto de menos, sobre todo la de mi querida Universidad Carlos III de Madrid, esta mañana he ido a darme un paseo por allí y a pedir un papelajo que necesito para la beca aquella de las doce mil trescientas veintisiete pruebas eliminatorias. Uy, y además es martes 13.

Por mi titulación me corresponde el mostrador de atención (por llamarlo de alguna forma, que ahí son de todo menos atentos) de la Facultad de Comunicación. Cuando estaba en segundo, tuve que poner una queja al Departamento de Comunicación para pedir la doble corrección de un examen, o corrección sin más, porque ese examen no estaba corregido. Esta gente tan maja me mandó a la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, donde me dijeron que la queja tendría que ponerla en mi facultad. Aún así, hicieron el favor de recogerla igualmente, aunque luego tuvieron que mandarla a la Facultad de Comunicación para que la tramitara la misma gente que me había dicho que ahí no era.

Con estos antecedentes, donde se ve que siempre están dispuestos a ayudar a todo aquel que lo necesite, nos hacemos una idea de las ganas de trabajar y de ser agradables que tienen. Yo he trabajado de cara al público durante la campaña de Navidad de El Corte Inglés, que hace que esas fechas te parezcan de todo menos entrañables. Me han amenazado con hojas de reclamación porque no podíamos empaquetar una bufanda como estaba puesta en el escaparate, me han gritado y me han insultado pero nunca se me ha ocurrido tratar con desprecio a la persona que estaba al otro lado del mostrador. Os contaré lo que ha sucedido.

Llego allí y hago cola. Había olvidado el tipo de personas que había por mi facultad, hasta que he oído como un chaval, cuyo bolso ya era más caro que todo lo que llevaba yo encima (contando con las gafas, el reloj suizo que me regaló mi madrina, las zapatillas chachis modelo especial y la inversión en piercings), decía que Omán no tiene nada que ver con Dubai. Los que hayáis pasado por mi facultad lo comprenderéis. Mientras tanto, una becaria solitaria atendía a todo el que pasaba por el mostrador, sin ningún superior a la vista.

Por fin llega mi turno, me aproximo al mostrador y le cuento mi problema a la becaria, exagerándolo un poquillo. Me pide el DNI, se mete detrás de una estantería y es entonces cuando entra en escena La Mujer Más Borde Del Mundo, que tiene la habilidad de revestir cada frase de desprecio y asco.

Mujer Más Borde Del Mundo - ¿Y por qué no tiene el resguardo?
Becaria [claramente acojonada] - Porque lo ha perdido
MMBDM - ¿Lo pediste el 13 del 10 y ya lo has perdido?
Laura - Lo pedí el año pasado.
MMBDM - Aquí pone 13 del 10
(¿y no se le ha ocurrido mirar el año? ¿Usted se cree que si lo hubiera pedido hoy estaría aquí perdiendo el tiempo?)
MMBDM - Ah, es de 2008. ¿Eres de la conjunta?
L - Sí
MMBDM - Entonces hay que imprimir dos
(cuidado, que a lo mejor es mucho trabajo sacar dos papeles de la impresora y sellarlos)

Mientras La Mujer Más Borde Del Mundo está ocupada con la dificilísima tarea de imprimir dos papeles, aprovecho para pedirle a la becaria maja (como se nota que es estudiante y sufre estas cosas) mi Suplemento Europeo al Título, que ya pagué hace tiempo y me dijeron que puedo recoger. Las tasas no están (deben de andar con el resguardo perdido de solicitud del título) y eso le ha creado un conflicto a la becaria, que no ha tenido más remedio que preguntarle a La Mujer Más Borde Del Mundo.

B - No están las tasas
MMBDM - Pues sin las tasas no te damos el SET
L - Pero está pagado y he recibido un mensaje de la universidad que dice que lo puedo recoger
MMBDM - ¿Y qué?
L - Se puede mirar la fecha del pago y con eso voy a mi banco a que me den un justificante
MMBDM - El banco no te va a dar nada
(ahora también es experta en banca)
L - El banco tiene un registro de las operaciones que se hacen y, con la fecha, se puede buscar esa operación y emitir un justificante (que soy hija de empleado de banca, coñe)
MMBDM - Pues no lo sé
(vamos, que no me quieres mirar la fecha ¿no?)
L - Y el banco habrá pasado alguna notificación a la universidad de que esa tasa está pagada
MMBDM - El banco no ha pasado nada
[intercambio de miradas gélidas entre La Mujer Más Borde del Mundo y yo]
L - Adiós y gracias.

Me largo por no montarle un pollo a La Mujer Más Borde del Mundo, porque lo que me apetece hacer en ese momento es preguntarle si entonces la universidad no tiene forma de saber cuándo un estudiante paga una tasa o una matrícula y restregarle por la cara los dos certificados que me acaba de dar, en los que se lee claramente que la que escribe "ha pagado el importe de 138,55 EUR, correspondiente a los derechos de expedición del título". Vaya, menos mal que el banco no avisa a la universidad cuando se efectúa un pago ¬¬. Al menos llevaba mi camiseta spoiler y le he jodido los finales de unas cuantas pelis y de alguna que otra serie.

Y así, amiguitos, es como funciona la burocracia. Para saber más sobre el funcionamiento de la UC3M, podéis consultar a Blanca.

8 comentarios:

  1. Así que no has hablado con Javier...

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  2. Javier no estaba. Allí sólo estaban la becaria maja y La Mujer Más Borde Del Mundo.

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  3. ¡Quiero esa camiseta! Un post para explicarnos dónde se compra, por favor.

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  4. Joé, Patri, a todo me pides un post explicativo. Te dejo la url de la tienda en tu feisbuk y vas que te matas.

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  5. Por cierto, La Mujer Más Borde del Mundo es la rubia de coleta...?
    ¡Qué pena lo de Javier! Le podíamos llamar el Santo, porque ni su voz se oía y era el que acababa haciendo el trabajo de todos detrás de la pecera con persianillas de oficina

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  6. Sí, era una rubia. Tanto hablar de Javier me está despertando la curiosidad.

    Por cierto, próximamente podréis ver en Paramount Comedy mi camiseta spoiler, que esta tarde me la he llevado de monólogos. He de decir que nos lo hemos pasado muy bien.

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  7. Nunca destacaron por su eficiencia, en fin, la UC3M y el mostrador de comunicación (siempre con gente que no atendía diseminada por el fondo como para hacer bulto) siempre fueron un misterio. Pese a la crisis yo no se quién echa de menos aquello...

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  8. ¿No has pensado alguna vez que igual si hubieras ido con la camiseta de los ponis rosas y arcoiris te hubiera atendido más amblemente que con la camiseta espoileadora? Yo me pondría de muy mala leche si me vinieran espoilerando así como así...

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