jueves, 8 de octubre de 2009

Una historia

María Antonia era una joven que vivía en un pueblo de Extremadura. Tenía novio, pero tuvo que exiliarse a Francia cuando empezó la Guerra Civil. Después de la guerra, María Antonia conoció a Francisco, se casaron y tuvieron dos hijos, Emilia y Tiburcio.

A los quince años, Emilia tuvo que irse a trabajar a Madrid. Nueve años después, Emilia quedó con su amiga Elena, como todos los fines de semana. Un primo de Elena que era sacerdote estaba de visita en Madrid. Elena se fue, porque había quedado con su novio, y dejó solos a su primo y a Emilia. Emilia tuvo la impresión de que al primo de su amiga no le iba mucho aquello del celibato, así que llamó a otra amiga y se fue con la excusa de que había quedado con ella.

Iban las dos amigas por Madrid, cuando se encontraron con un vecino de Emilia. Este mozo se había dejado convencer por su madre de que Emilia era un buen partido y decidió aprovechar el encuentro para acercarse a ella. Emilia y su amiga se inventaron que se tenían que ir porque tenían entrada para el teatro, se metieron en el primer teatro que encontraron y se quedaron en el hall hasta que el vecino se largó. Después fueron al Círculo de Bellas Artes, donde la amiga de Emilia había quedado con su novio.

Una vez allí, Emilia se encontró con otro vecino, que también tenía intención de ser pretendiente. La amiga estaba bailando con el novio, así que Emilia tuvo que improvisar. Miró por la sala y vio un grupo de gente, a un chico muy alto llamado Antonio (1,83m, o eso dice ahora, 35 años después) y dos sillas libres. Se acercó allí y preguntó si se podía sentar. El chico fue un poco seco. "Vale, pero les estoy guardando el sitio a unos amigos. Cuando vengan te tienes que ir". Los amigos no vinieron, Emilia y Antonio (que también existe de coña, porque sus padres se casaron de penalty) se cayeron bien y 4 años después se casaron.

Tras 8 años de intentos y dos abortos nos plantamos en 1985, año en que Emilia se quedó embarazada. Era un embarazo de riesgo, por lo que tuvo que guardar reposo y Carlos, su tocólogo, decidió hacer una cesárea programa para el 8 de octubre. Carlos tuvo que hacer la operación sentado, por una lesión en la columna que se hizo al caer de un tejado en la sierra (y ser bajado hasta La Paz tumbado en una puerta, es lo que tienen las obras). A pesar de todo, la cosa salió bien y nació Laura.

Veinticuatro años después, Laura está en paro y no tiene nada mejor que hacer que actualizar su blog. Aunque piensa que debería ponerse a planchar.

10 comentarios:

  1. Es una historia muy bonita!!!

    Felicidades ^^

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  2. ¡Gracias, Min! Me alegro de que te haya gustado :D

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  3. No la he leido aún, me confieso que tengo demasiado curro hoy, a si que lo leere en casa.

    Pero quería dejarte un regalo:
    http://www.setaloca.com/culottes.php?gclid=CNyy2fCyrZ0CFZoU4wodMGhWjA

    Besos!

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  4. A mi ya me han contao eso, no sé quién habrá sido...jejej.

    FELICIDADES GUAPA! PÁSATELO MUY BIEN EL DIA DE TU CUMPLE!

    PUMMMM!!! Eh eh? De dónde ha salido este disp......arr.....aaaagggggggggggggg

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  5. Ey, lo de que tu madre tuviera muchos pretendientes se nota, su hija también es muy guapa y atractiva. Así que ya sabe todo el mundo masculino, a ponerse guapos que en cualquier momento Laura puede refugiarse en tu silla de gente que le acosa y surgir lo que sea...

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  6. Eys, historia curiosa :-D Muchas felicidades, guapa!! Besos!!!

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  7. Mamen, contigo ya hablé ayer. Mr., no hace falta que me hagas la pelota para que te mande más videoclips :¨P.

    Muchas ggracias, Vicky. Me alegro de que te haya gustado la historia.

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  8. Ya tiene mérito nacer, y parir, con la ayuda de un tocólogo que ha sido bajado desde la sierra en una silla... No sé si felicitarte el cumpleaños o daros la enhorabuena, a ti y a tu madre, aunque sea 24 años después. ¡Más vale tarde que nunca!

    Por cierto, no se me olvida lo del Yorkshire

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  9. En una puerta, Mari. Supongo que es lo más parecido a una camilla que puedes encontrar en una casa en obras.

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