Seguimos conduciendo por Arizona y nos desviamos de la Ruta 66 para visitar el parque del Gran Cañón. La visita nos lleva la mayor parte del día así que lo siento pero el post de hoy vno va a ser tan largo.
Por la mañana (antes de ir al Gran Cañón) visitamos un par de pueblos abandonados y buscamos (sin éxito) un cementerio de locomotoras. Espero que Hertz no esté siguiendo el coche por GPS, porque el camino que cogimos no venía marcado y había un momento en que, mirando la pantallita del navegador, parecía que habíamos subido el coche a la vía del tren.
El Gran Cañón bien, bonito y muy grande. Sólo visitamos la parte sur y no entera, porque eso es inmenso. De todas formas, nos vino bien tomar el aire y andar algo, que no todo va a ser estar encerrados en el coche haciendo kilómetros y kilómetros. Del parque sólo puedo comentar dos cosas: el Sky Walk (la famosa terraza de cristal del Cañón) no está en el parque, sino en una zona privada, y hay unos cartelitos muy majos de "no hacer daño a las serpientes". ¿Y si me quieren hacer daño ellas a mí qué pasa?
Hicimos la parada de fin de etapa antes de lo habitual, buscamos motel y, como era demasiado pronto para cenar, fuimos a picar algo para hacer tiempo. Parece que a la camarera no le hizo mucha gracia y nos atendió mal, nos puso una docena de once alitas y pasó bastante de nosotros cuando quisimos pedirle la cuenta. Pues te jodes, que no volvemos a la hora de la cena ni te vamos a dejar propina. En ese mismo bar, nos encontramos con el club Harley Davidson de Turingia (Alemania), a los que trataron como a reyes y además tenían pinta de ser habituales.
Volvemos al motel con la intención de lavar algo de ropa, que después de nueve días los calcetines limpios empiezan a escasear. El busca-balas se iba a sumar a la iniciativa pero cuando le explico cómo se lava a mano decide que no anda tan mal de ropa limpia. A mí no me queda más remedio ni más calcetines, así que lavo para tirar unos 4-5 días y nos vamos a cenar.
De nuevo volvemos a tener problemas con los horarios de cierre estadounidenses pero encontramos una pizzería que nos hace el favor de abrirl más rato para hacernos la cena. Eso sí, para llevar, tampoco vamos a ponernos tocapelotas. La señora que estaba allí (suponemos que es la esposa del hombre que nos ha atendido) nos pregunta si lo estamos pasando bien y si estamos haciendo noche allí para ir al Gran Cañón o a Las Vegas. Es maja y parece que le hemos caído bien.
Mientras esperamos a que salga nuestra cena, vemos en Fox News un artefacto sospechoso en Times Square (Nueva York). Han montado un pifostio del quince, porque en las imágenes que ve que cortaron la calle de día y en Nueva York en ese momento es más de media noche. Pero qué exagerados son estos yankis.
Por fin sale nuestra cena. Les dejamos una propina generosa, acorde con el favor de cerrar un poco más tarde para que podamos cenar, y volvemos al motel. Allí cenamos los cuatro juntos y elegimos el hotel de Las Vegas, donde llegaremos mañana.
Me gustaban más las alitas del post anterior. Eso de la docena de once alitas no me ha parecido nada bien.
ResponderEliminarPor cierto, ¿lavar calcetines? ¿Estando de vacaciones? :S
Además nos engañaron a base de bien y no sólo porque la docena fuera de 11. En la carta ponía que eran "alitas de búfalo" y con el tamaño que tenían esas alas no levantas tú el peso de un búfalo ni de coña y se cebaron con el picante de muy mala manera.
ResponderEliminar¿Alitas de búfalo? ¿Las esconden bajo esa mata de pelo? :-P
ResponderEliminarCon lo pequeñas que eran, seguro que sí.
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